Tengo que reconocer que a veces siento unas enormes ganas de darle toda la razón a quienes, como Steve Pinker y Judith Harris, piensan que los padres ejercen una escasa influencia sobre las características psicológicas y conductuales de sus hijos. El motivo no es otro que la enorme cantidad de amenazas que se ciernen sobre niños y adolescentes, según los profesionales de la psicología nos encargamos de inventariar: el consumo de drogas, la violencia, la comida basura, el sexo, los videojuegos, la televisión…Entiendo que muchos padres y madres se sientan totalmente abrumados ante tantas amenazas y no sepan cómo defender a sus retoños, y también comprendo que algunos empiecen a estar hasta las narices de tanto psicólogo agorero y abracen ideas innatistas que les liberen de tanta responsabilidad:”Si depende de los genes no tendré que preocuparme tanto de cómo proceder con mis hijos”
Y comento lo anterior porque leo en ScienceDaily la reseña de un artículo publicado en JAMA sobre cómo la facilidad de acceso a los media aumenta el riesgo para desarrollar numerosos problemas de salud. En ese artículo el profesor de la Universidad de Nuevo Mexico, Victor C. Strasburger, explica cómo cada vez es más frecuente que los niños tengan un fácil acceso a videojuegos, Internet, DVDs y televisión, ya que cada vez es mayor el número de menores que disponen de estos aparatos en su propia habitación y que pasan más de 6 horas diarias en contacto con estos divertimentos de nueva generación.
El problema, según argumenta el doctor Strasburger, es que hay una clara evidencia empírica acerca de la influencia que el acceso a los media tiene sobre muchos trastornos propios de la infancia y adolescencia. Por ejemplo, la relación entre el consumo de televisión o videojuegos y la conducta agresiva está muy bien documentada. Aunque habría que precisar que esta relación se da sólo cuando el contenido de juegos y programas es violento. También se apuntan en el artículo otros riesgos como la influencia que el visionado de escenas de cine o televisión en las que se consume tabaco u otras drogas tiene sobre la iniciación en este hábito. Lo mismo puede decirse del sexo. O cómo los trastornos de la alimentación han aumentado de forma dramática en algunos países como consecuencia de la introducción de series americanas en la programación de TV. O la relación entre la obesidad y los anuncios sobre comida basura que asaltan la tranquilidad de nuestro salón.
En fin, un buen ramillete de amenazas que penetran en nuestro hogar a través de los canales más variados, y que supone que madres y padres tengamos que supervisar de cerca muchas de las actividades que nuestros hijos realizan en su tiempo de ocio.
La verdad es que no sé cómo tranquilizar a cualquier padre inquieto ante tanto peligro potencial, puesto que la evidencia apuntada por Strasburger parece inapelable. No obstante, creo que a veces a muchos psicólogos y educadores se nos va la mano en esa apelación que hacemos a la importancia de la supervisión parental. O si no juzguen ustedes mismos echándole un vistazo al artículo en ScienceDaily (aquí), seguro que notan como empiezan a temblarles las piernas según avanza la lectura.
Y comento lo anterior porque leo en ScienceDaily la reseña de un artículo publicado en JAMA sobre cómo la facilidad de acceso a los media aumenta el riesgo para desarrollar numerosos problemas de salud. En ese artículo el profesor de la Universidad de Nuevo Mexico, Victor C. Strasburger, explica cómo cada vez es más frecuente que los niños tengan un fácil acceso a videojuegos, Internet, DVDs y televisión, ya que cada vez es mayor el número de menores que disponen de estos aparatos en su propia habitación y que pasan más de 6 horas diarias en contacto con estos divertimentos de nueva generación.
El problema, según argumenta el doctor Strasburger, es que hay una clara evidencia empírica acerca de la influencia que el acceso a los media tiene sobre muchos trastornos propios de la infancia y adolescencia. Por ejemplo, la relación entre el consumo de televisión o videojuegos y la conducta agresiva está muy bien documentada. Aunque habría que precisar que esta relación se da sólo cuando el contenido de juegos y programas es violento. También se apuntan en el artículo otros riesgos como la influencia que el visionado de escenas de cine o televisión en las que se consume tabaco u otras drogas tiene sobre la iniciación en este hábito. Lo mismo puede decirse del sexo. O cómo los trastornos de la alimentación han aumentado de forma dramática en algunos países como consecuencia de la introducción de series americanas en la programación de TV. O la relación entre la obesidad y los anuncios sobre comida basura que asaltan la tranquilidad de nuestro salón.
En fin, un buen ramillete de amenazas que penetran en nuestro hogar a través de los canales más variados, y que supone que madres y padres tengamos que supervisar de cerca muchas de las actividades que nuestros hijos realizan en su tiempo de ocio.
La verdad es que no sé cómo tranquilizar a cualquier padre inquieto ante tanto peligro potencial, puesto que la evidencia apuntada por Strasburger parece inapelable. No obstante, creo que a veces a muchos psicólogos y educadores se nos va la mano en esa apelación que hacemos a la importancia de la supervisión parental. O si no juzguen ustedes mismos echándole un vistazo al artículo en ScienceDaily (aquí), seguro que notan como empiezan a temblarles las piernas según avanza la lectura.
Muy de acuerdo contigo Alfredo, parece que a mucha gente se le olvida las potencialidades de las nuevas tecnologías en los aprendizajes.
ResponderEliminarQue los que hoy son niños. maman de la teta de la tele, las consolas y los ordenadores porque son su futuro.
Creo que todo en su justo orden el abuso suele ser malo y las nuevas tecnologías son (como casi todo en esta vida) buenas dependiendo del uso que se le de.
Me parece un poco exagerado decir que los niños hacen uso de estas tecnologías 6 horas al día.... desde luego los mios aunque quisieran no tienen ese tiempo.
Un saludo.
interesante como siempre, Alfredo. No estoy de acuerdo con Harris, leí su libro, sobre la poca influencia de los padres en los hijos. Sí estoy de acuerdo en que el 50% podría ser genético, pero el resto, en lo que influye el medio, creo que los padres son fundamentales y por encima del entorno (colegio, compañeros), al menos en los primeros años de vida... lo de la tele me parece que depende del tiempo que los padres estamos dispuestos a gastar con nuestros hijos, a veces es más cómodo dejarles jugar en la videoconsola o ver pelis mientras nosotros podemos trabajar o navegar por internet o leer o ver otra peli de adultos en otra tele...
ResponderEliminarLoreto,
ResponderEliminarlo de las 6 horas lo he leído más de una vez. Debes tener en cuenta que esas 6 horas incluirían: Tv, internet, videojuegos, escuchar música incluso de fondo mientras están estudiando, etc...
Manuela,
en efecto, con mucha frecuencia usamos a los media de canguros. No es fácil ser un buen padre o una buena madre y además un buen profesional, y leer, y aprender idiomas, y mantener un blog, y hacer deporte, y tener un hobby creativo...
Un saludo