"Las españolas se confiesan “notablemente satisfechas” con sus relaciones sexuales. La mayoría se inician en el sexo a los 20 años, tienen pareja y practican el sexo de dos a tres veces por semana. Afirman fingir pocos orgasmos y recibir menos sexo oral del que dan.
Otros datos interesantes son que el 16% de las españolas no practican sexo nunca, un 34,1% han fingido alguna vez un orgasmo y el 95% no incluyen el sexo por Internet entre sus prácticas sexuales. Además, el 53% no se masturban nunca, lo practican más las casadas que las solteras, y las canarias y las vascas más que el conjunto".
No tenemos nada que objetar al hecho de que se confiesen notablemente satisfechas, ni a que reciban menos sexo oral del que dan, a pesar de que podría deducirse una relativa contradicción de las dos afirmaciones anteriores. Sin embargo, otros datos parecen más sospechosos, por ejemplo, la iniciación sexual a los 20 años, algo más tarde de lo que indican la mayoría de estudios realizados en nuestro país. O el elevado porcentaje de españolas (95%) que no parecen sentir una especial tendencia por el uso sexual de Internet. Y lo que realmente resulta más sorprendente: ¡el 53% de encuestadas no se masturba nunca! Ojo, dicen NUNCA. No dicen que lo hagan muy raramente, o de tarde en tarde, o de higo a breva. Expresan claramente que eso no va con ellas.
De todos los datos que aparecen en el estudio este es quizá el que me resulta más increíble. En algunos estudios realizados con adolescentes, hemos encontrado porcentajes cercanos al 40% de chicas que se dicen abstenerse de tal práctica. Pero ese porcentaje era mayor entre las chicas de menor edad, y se iba reduciendo al final de la adolescencia, especialmente entre las que tenían pareja. Los datos del Instituto Opina parecen indicar una tendencia similar, ya que la masturbación aparece como una práctica más frecuente entre las casadas.
Por lo tanto, cabría esperar que entre las participantes en el estudio de Opina el porcentaje de abstinentes de autoerotismo fuese claramente inferior al 40%. ¿Cómo explicar esos datos sorprendentes?. Si seguimos leyendo la noticia encontraremos la respuesta:
“Estos son algunos de los datos de la mayor encuesta nacional presentada hasta ahora sobre los hábitos sexuales de las españolas, realizada por el instituto Opina para la cadena de televisión Cuatro, a través de un sondeo telefónico elaborado sobre una muestra de 2.250 individuos y más de 80.000 contactos previos”
O sea que se trata de una encuesta o entrevista telefónica, en la que, aunque no hay contacto cara a cara, el entrevistador/a pregunta a la entrevistada, ¿cuántas veces lo hace usted a la semana? o ¿se masturba usted mucho? ¿lo hace mientras navega por Internet ? Parece evidente que no debe ser sencillo para una señora de 40 ó 50 años reconocer, a viva voz, que se masturba varias veces a la semana. O que no recuerda demasiado bien cuando fue la última vez que lo hizo con su pareja.
Sabemos que los estudios sobre comportamiento sexual son difíciles y suelen estar sesgados por la influencia de la deseabilidad social, y eso ha ocurrido desde la publicación en 1948 del primer informe Kinsey. Sin embargo, y aunque en la película de Bill Condon (juro que ese era el apellido del director) sobre la vida de este pionero del estudio del comportamiento sexual, Kinsey apareciese realizando algunas entrevistas personales, la metodología utilizada en la mayoría de estudios realizados hasta la fecha ha sido el cuestionario anónimo. Reconozco que la entrevista telefónica puede resultar muy barata, y útil en algunos casos, pero no parece el método más adecuado para estudiar el comportamiento sexual. Sería mejor evitar este tipo de estudios en los que entrevistados y entrevistadas procuran dar tan buena imagen que quienes leen los resultados en la prensa sienten que no están a la altura, o piensan que son unos depravados sexuales.
El profesor Kinsey preguntando a una ama de casa de Ohio por su actividad autoerótica