Yo también fue un autodidacta –y precoz, dicho sea de paso- en esto de la paja, que es como por aquí se llama al vicio de Onán. En mi infancia los chicos no teníamos demasiados problemas de índole moral sobre el asunto, y comentábamos nuestras proezas manuales ante el grupo de amigos. Como todo el mundo se “aliviaba”, era un pecado compartido, y causaba menos culpabilidad. Es cierto que los domingos había que confesarse ante el cura, pero el brillo en los ojos del sacerdote, su respiración entrecortada y su interés por los detalles, unidos a la benevolencia de la penitencia impuesta, nos hacían pensar que esos frecuentes escapes pulsionales no nos conducirían al infierno.
Entre las niñas la cosa no era tan fácil. La sexualidad femenina casi nunca ha sido bien aceptada, y en España, tras cuarenta años de franquismo en los que el dictador había cedido a la Iglesia los derechos sobre la dirección moral de los ciudadanos, las mujeres fueron seres asexuados. Como ha recogido Rafael Torres en “El amor en tiempos de Franco”, la “educación sexual” por parte de abnegadas monjitas era intensa, y a las chicas se les enseñaban compostura, maneras de sentarse y de colocar las piernas y represión de las necesidades fisiológicas, pero, sobre todo, terror al propio cuerpo: los lavabos carecían de pestillos y espejos, hacían gimnasia vestidas hasta los ojos y se bañaban embutidas en camisones, así que de tocarse ni hablar. La liberación de la sexualidad de la mujer que la Segunda República trajo consigo quedó segada de cuajo y durante 40 años no hubo más sexualidad femenina lícita que aquella que con el objetivo de la procreación tenía lugar en el seno del matrimonio.
Sería razonable pensar que si esa etapa gris de nuestra historia reciente se cerró hace más de 30 años, la sexualidad femenina habría reverdecido después de un invierno tan largo. Sin embargo, parece que las prohibiciones de una generación se convierten en tabúes en la generación siguiente, y las adolescentes actuales aún siguen sin haberse librado por completo de la moral restrictiva que vivieron sus madres y abuelas, al menos en lo referente a la masturbación. Durante los últimos años hemos llevado a cabo varios estudios sobre sexualidad en adolescentes, y resulta llamativo que mientras que ellos viven el autoerotismo con total naturalidad, entre ellas la masturbación sigue siendo una práctica clandestina que con frecuencia suele generar sentimientos de culpa, como reflejan los siguientes testimonios de chicas de edades comprendidas entre los 15 y 18 años: “Si alguien te dice que una chica hace eso te parece escandaloso”; “Yo me tachaba de guarra por eso, incluso pensaba que era anormal”; “Para la mujer la sexualidad comienza a partir de estar con un hombre”.
Teniendo en cuenta que para muchas chicas el autoerotismo supone la iniciación sexual, no parece que comenzar con miedo y culpabilidad sea la mejor fórmula para vivir una sexualidad satisfactoria. Por eso, siempre he pensado que uno de los objetivos de una buena educación afectivo-sexual debe ser el generar entre las chicas una actitud de aceptación ante la masturbación para que puedan vivirla sin complejos, al igual que sus iguales varones.
Sin embargo, no parece que esa sea una opinión generalizada, como puede desprenderse del revuelo que se ha montando en los medios de comunicación ante la campaña puesta en marcha por el Consejo de la Juventud y el Instituto de la Mujer de la Junta de Extremadura. La iniciativa, dirigida a adolescentes de entre 14 y 17 años, y denominada “el placer está en tus manos”, incluye entre sus contenidos la autoexploración sexual y el descubrimiento del placer, algo no sólo aceptable sino totalmente necesario para una vivencia saludable de la sexualidad.
Los ataques que ha recibido la campaña han sido totalmente desproporcionados y desprovistos de argumentos, y desde la prensa y la radio, periodistas, opinantes y cretinos de variado pelaje, pero fundamentalmente de sexo masculino, han ridiculizado la campaña aduciendo que ellos aprendieron solos, y que se está malgastando el dinero público. Si se tiene en cuenta que la inversión ha sido de 14.000 euros, no parece que el supuesto despilfarro sea lo que en realidad preocupa a estos machotes de la comunicación. En el fondo no parece haber otra cosa que miedo e incomodidad del varón ante la sexualidad femenina. Por eso, me permito aconsejar al lector que antes de reir los comentarios despectivos sobre la campaña se pregunte a sí mismo ¿de qué me río?
Entre las niñas la cosa no era tan fácil. La sexualidad femenina casi nunca ha sido bien aceptada, y en España, tras cuarenta años de franquismo en los que el dictador había cedido a la Iglesia los derechos sobre la dirección moral de los ciudadanos, las mujeres fueron seres asexuados. Como ha recogido Rafael Torres en “El amor en tiempos de Franco”, la “educación sexual” por parte de abnegadas monjitas era intensa, y a las chicas se les enseñaban compostura, maneras de sentarse y de colocar las piernas y represión de las necesidades fisiológicas, pero, sobre todo, terror al propio cuerpo: los lavabos carecían de pestillos y espejos, hacían gimnasia vestidas hasta los ojos y se bañaban embutidas en camisones, así que de tocarse ni hablar. La liberación de la sexualidad de la mujer que la Segunda República trajo consigo quedó segada de cuajo y durante 40 años no hubo más sexualidad femenina lícita que aquella que con el objetivo de la procreación tenía lugar en el seno del matrimonio.
Sería razonable pensar que si esa etapa gris de nuestra historia reciente se cerró hace más de 30 años, la sexualidad femenina habría reverdecido después de un invierno tan largo. Sin embargo, parece que las prohibiciones de una generación se convierten en tabúes en la generación siguiente, y las adolescentes actuales aún siguen sin haberse librado por completo de la moral restrictiva que vivieron sus madres y abuelas, al menos en lo referente a la masturbación. Durante los últimos años hemos llevado a cabo varios estudios sobre sexualidad en adolescentes, y resulta llamativo que mientras que ellos viven el autoerotismo con total naturalidad, entre ellas la masturbación sigue siendo una práctica clandestina que con frecuencia suele generar sentimientos de culpa, como reflejan los siguientes testimonios de chicas de edades comprendidas entre los 15 y 18 años: “Si alguien te dice que una chica hace eso te parece escandaloso”; “Yo me tachaba de guarra por eso, incluso pensaba que era anormal”; “Para la mujer la sexualidad comienza a partir de estar con un hombre”.
Teniendo en cuenta que para muchas chicas el autoerotismo supone la iniciación sexual, no parece que comenzar con miedo y culpabilidad sea la mejor fórmula para vivir una sexualidad satisfactoria. Por eso, siempre he pensado que uno de los objetivos de una buena educación afectivo-sexual debe ser el generar entre las chicas una actitud de aceptación ante la masturbación para que puedan vivirla sin complejos, al igual que sus iguales varones.
Sin embargo, no parece que esa sea una opinión generalizada, como puede desprenderse del revuelo que se ha montando en los medios de comunicación ante la campaña puesta en marcha por el Consejo de la Juventud y el Instituto de la Mujer de la Junta de Extremadura. La iniciativa, dirigida a adolescentes de entre 14 y 17 años, y denominada “el placer está en tus manos”, incluye entre sus contenidos la autoexploración sexual y el descubrimiento del placer, algo no sólo aceptable sino totalmente necesario para una vivencia saludable de la sexualidad.
Los ataques que ha recibido la campaña han sido totalmente desproporcionados y desprovistos de argumentos, y desde la prensa y la radio, periodistas, opinantes y cretinos de variado pelaje, pero fundamentalmente de sexo masculino, han ridiculizado la campaña aduciendo que ellos aprendieron solos, y que se está malgastando el dinero público. Si se tiene en cuenta que la inversión ha sido de 14.000 euros, no parece que el supuesto despilfarro sea lo que en realidad preocupa a estos machotes de la comunicación. En el fondo no parece haber otra cosa que miedo e incomodidad del varón ante la sexualidad femenina. Por eso, me permito aconsejar al lector que antes de reir los comentarios despectivos sobre la campaña se pregunte a sí mismo ¿de qué me río?
¿O es que acaso le molesta que disfruten los demás?.
Alfredo Oliva
Mis frutas azabaches
carnosas y maduras
como un racimo de uvas,
carbones encendidos,
riegan sus mieles tibias
creando un mar de espuma
entre los dedos míos.
Salomón Borrasca
La importancia de una primera relación con penetración satisfactoria en una vida sexual positiva ha sido acreditada por multitud de estudios. Por ello, propongo que la Junta organice talleres en los que chicos y chicas se desvirgen con la conveniente supervisión y asesoramiento de monitores.
ResponderEliminar---
Me parece un argumento igual de válido que el que usted sostiene para defender los talleres de la polémica. ¿Vería usted conveniente una actividad de este tipo?
Topo, el argumento sería igual de válido si en los talleres (hasta ahora sólo se ha celebrado uno), el monitor masturbase a los asistentes, o si se masturbasen allí mismo. Por lo que sé, el monitor se limita a mandar tareas para casa.
ResponderEliminarCreo que la mayoría de las críticas sobre esta camapaña se derivan de la falta de información de los opinantes, y de los bulos creados. Falta deninformación que veo que compartes.
Un saludo
He leído el panfleto entero y es una basura. Juicios de valor, sesgo hembrista, promoción de la sexualidad experimental y obsesión hipócrita con la higiene, descuidando la higiene fundamental, que es la coherencia. Hasta alguna apología de las drogas puede encontrarse. Son 14.000 euros de pura inversión en miseria.
ResponderEliminarIrich,
ResponderEliminarcreo que deberías volverlo a leer. Seguramente has leído otra cosa (el catecismo, la factura de la luz,...). Tú y tu blog sí que son pura basura fascista.
Tócate un poco.
En este enlace podéis encontrar el folleto. Así podréis juzgar por vosotros mismos/as.
ResponderEliminarA mí me parece que contiene una información de lo más "normalita".
http://www.cjex.org/dmdocuments/fanzine.pdf
Sinceramente, no entiendo como aún hay gente que sigue asustándose con estas cosas. ¡Hay gente pa tó!
Un saludo
¿Mi blog? ¿Cuál de ellos?
ResponderEliminarAlfredo, con la última pregunta de la entrada creo que ya respondes a la cuestión. De hecho, acabo de inventar la Ley del Pajero, que dice que la negación a la masturbación es directamente proporcional al número de veces realizadas.
ResponderEliminarSaludos.
Muy correcta tu exposición, y muy polémica la entrada.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola a todos,
ResponderEliminarCreo que la confusión y el miedo están ejerciendo un poder desmesurado. Para hablar de esta cuestión esgrimiré en primer lugar argumentos científico y posteriormente mi experiencia profesional.
Respecto a la masturbación se ha demostrado que es una experiencia positiva y muy saludable. Permite al adolescente conocer su propio cuerpo, su fisionomía, lo que le gusta y lo que no le gusta. Conocimientos indispensables para la sexualidad compartida. Es una forma de liberar y canalizar la pulsión sexual. Sirve para disfrutar y muchas veces acompaña a fantasías. Se sabe que es prepara al adolescente para una vida sexual adulta. Se ha comprobado que las mujeres que se han masturbado tienen mayor facilidad para alcanzar el orgasmo… A priori es un ejercicio de conocimiento de la fisiología y la propia respuesta sexual. Ayuda y además es gratificante. Cosa muy importante, porque una meta de la vida es ser feliz.
Sin embargo muchos adolescentes, principalmente chicas, se sienten mal por practicarla. Porque no ayudarles a tener actitudes positivas hacia su propia sexualidad, camino indispensable para que desarrollen actitudes positivas hacia la sexualidad del otro. ¡Por favor! Desmitifiquemos de una vez el sexo, que aprendan a desinhibirse. Si a desinhibirse, que no es sinónimo de despendolarse. Porque hay que enseñar también la ética de las relaciones sexuales y la responsabilidad con la que hay que vivirlas.
He podido trabajar con adolescentes temas de sexualidad y he visto como las chicas se ruborizaban cuando tratábamos la masturbación. Como algunas de ellas pensaban que era asqueroso y que sólo los chicos podían ser tan cerdos. Un pelin triste ¿no? ¿qué estamos haciendo? ¿aún estamos reprimidas las mujeres?
Yo intente fomentar actitudes positivas y use de ejemplo para desarrollar esa sesión una mujer que se masturbaba. Y, con sutileza, animé a mis alumnos, prestando especial interés en las chicas, a que lo hicieran. Desgraciadamente tuve que animar con “sutileza” porque la sociedad no entiende o no quiere entender la importancia de estas cuestiones. Porque la sexualidad en primer lugar es nuestra, es individual, y hacer uso de esa individualidad es fundamental. No digo con esto que la sexualidad no sea también compartida, que desde luego lo es ¡vaya si lo es!
Por favor, a algunas personas decirles que hay que leer más, hay que ser más sinceros con nosotros mismos y más tolerantes.
Un saludo.
Davinia,
ResponderEliminartotalmente de acuerdo. Creo que cualquiera que haya trabajado sobre este tema estará de acuerdo en la importancia de generar en las chicas una actitud positiva hacia la masturbación. El problema es que los periodistas tienen que opinar de todo, la mayoría de las veces sin tener ni la más remota idea. Obviamente también hay cuestiones ideológicas de fondo, relacionadas con actitudes puritanas o machistas, que influyen sobre las opiniones acerca de este tema.
Un saludo y gracias por tu aportación
Alfredo, yo creo que estamos pasando de un control religioso del comportamiento sexual a un control político o ideológico del comportamiento sexual. Antes hacerse una paja era pecado. Ahora hacerse una paja es progresista. Son dos normas sociales diferentes, pero que cumplen la misma función de control del comportamiento individual. Para que te hagas una paja o para que no te la hagas. A ver si los psicólogos vais a ser para la progresía triunfante lo que los curas fueron para el franquismo. Yo lo que pienso es que la Iglesia y los psicólogos progres podrían dejarnos en paz para que nos hagamos pajas (o no).
ResponderEliminarAlfredo le cuento que nunca había pensado en masturbasrme, me parecía un acto sexual indecente, pero desde que leí el poema de Salomón Borrasca, no dejo de hacerlo.
ResponderEliminarContrólate anónimo, no te vaya a dar un esguince en el tello.
ResponderEliminarUn saludo y disfruta con moderación.
Con respecto al "progresismo" de la paja, creo que, antes la gente se masturbaba (incluso los curas y monjas) y ahora lo sigue haciendo. La diferencia es que antes lo hacía con culpa y ahora no. ¿No te parece una diferencia de peso? No creo que ni curas ni psicólogos influyamos en que la gente se masturbe o no -sobrevaloras a ambos- sino en cómo lo vive.
ResponderEliminarUn saludo
Alfredo. Yo soy de los que aún se siente culpable al hacerse una paja y acabo por no disfrutarla. Me das tu receta personal. Gracias. ¿Hasta qué punto se puede llegar a depender del froteo del tello? Gracias y un abrazo
ResponderEliminarAnónimo, mi pregunta sería: si no disfrutas con la masturbación, ¿por qué la practicas?
ResponderEliminarSaludos.
hola, soy de Uruguay la masturbación por aquí (en latinoamerica) es algo natural entre la chicas. L.V.
ResponderEliminarMuchas entradas en este post. Se ve que sigue siendo un tema de interés.
ResponderEliminarLo que también veo es que hay gente que habla del tello pero no tiene claro qué es.
En fin, habrá que dedicar una entrada concreta al asunto.
-M.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMoisés, explícalo tú, anda
ResponderEliminarInteresante esta entrada, porque a los sudamericanos no nos tocó el franquismo...Creo que en general, las personas hablan de temas sexuales con vergüenza y por eso le ponen nombres raros en vez de usar los nombres biológicos tranquilamente y así evitar los chistes groseros, que desvirtúan todo. Aquí la única verdad, es que la masturbación es un acto privado, bueno para conocerse y más tarde poder decir a la pareja qué nos resulta más o menos placentero. De eso se trata y punto.
ResponderEliminarMe gustó la contribución de Davinia y se le agradece, no así lo escrito por irichc, que no aporta nada.
toda la razón tienes, Alfredo, a mí me enseñaron a no bajarme las bragas bajo ninguna circunstancia ni lugar, y mi segundo novio fue el que me explicó lo que era la masturbación y que nosotras no sólo podíamos sino que debíamos explorarnos y conocernos mejor que nadie... en el cole de curas y mixto al que fui de los 15 a los 18 nos pusieron un video en el que se explicaba que la masturbación era una desviación de la adolescencia, que surgía por miedos adolescentes, niños retraídos, timidez, sentirse solo, en fin qué desperdicio...
ResponderEliminarManuela, y ahora no hay quién te pare...
ResponderEliminarMás de pajas, ya
ResponderEliminarLas diferencias son importantes. Pero las semejanzas también. Los curas y los psicólogos se preocupan por mi bienestar. Los curas y los psicólogos me dicen lo que tengo que hacer. Los curas y los psicólogos son guardianes de la moral privada. Los dos creen que la mejor moral es la suya, pero los dos insisten en pasar por alto las diferencias individuales. Que cada uno haga lo que quiera con su cuerpo. Todos se masturban. Todos no se masturban. Las diferencias cuantitativas son muy importantes. Tan importantes que son diferencias cualitativas. Todos no somos iguales e insistis (curas y psicólogos) en hacernos homogéneos de acuerdo con vuestra moral. Lo que más gracia me hace es la fe con la predicas la salud de la paja. Cualquier día llego al colegio y me encontraré que han quitado el Crucifijo y han puesto un poster explicando cómo hay que masturbarse bien... Ayyyyy...
ResponderEliminarAnónimo,¿dices que los psicólogos no prestamos atención a las diferencias individuales? Ja,ja, ja, o estás de broma, o hablas con escaso conocimiento.
ResponderEliminarSi alguien quiere masturbarse, que lo haga en casa, y si quiere rezarle a una figura clavada en una cruz, pues que también lo haga en casa.
La verdad es que no entiendo porque le molesta tanto a alguno sujetos que el personal se masturbe. Ni que les salpicaran.
Un saludo
Muy interesante lo que escribiste. Creo que el hecho que las mujeres muchas veces nos sintamos avergonzadas de nuestra sexualidad, se debe a que aun se censura socialmente el hecho de no llegar virgen al matrimonio (o al emparejamiento) y también cuanto kilometraje tenga una en el cuerpo al momento de entablar una relación. Afortunadamente, eso tiende a cambiar una vez que una se separa, y si tienes hijos mejor, ya no se le tiene que demostrar virginidad a nadie y una es lo bastante madura para decir claramente qué le gusta y cómo. te felicito por poner el tema sobre la mesa.
ResponderEliminarAlfredo, creo que es cierto ese afán rojizo de los psicólogos que buscan el desenfreno de las pasiones por encima de la voluntad y la inteligencia. Es como si quisiérais animalizarnos a todos: y, a menos persona, más Estado. La masturbación reincidente nos hace más esclavos, es así y lo sabes por experiencia.
ResponderEliminarSr. Oliva:
ResponderEliminarlo que me parece vergonzoso es algo ni siquiera se menciona en el panfleto: que una de las sexólogas que ha participado en el panfleto aproveche para colar publicidad de su tienda.
Al final se trata siempre de lo mismo: la pasta, incluso amparándose en la educación sexual de los adolescentes. (¡Hay gente pa tó!)
Anónimo, no entiendo bien su comentario ¿si no se menciona en el panfleto cómo se puede hacer publicidad?
ResponderEliminarUn saludo
Me refería a los placeres de lola
ResponderEliminarhttp://www.losplaceresdelola.com/
los juegues que se promocionan en la campaña se pueden comprar en su tienda (digo su tienda porque es de las mismas que han elaborado el programa).
No me parece bien utilizar una campaña que se paga con dinero público para aprovechar y hacer publicidad de tu tienda.
P.D.: entro como anónimo porque no tengo cuenta de google ni de ninguno de los open Id que aparecen
en la ventana de comentarios de blogger
Sr. Oliva: Yo creo que la mejor refutación de su tesis es una de sus fotos artísticas haciéndose una pajita escandinava
ResponderEliminar¿cómo pone la poesía, no?
ResponderEliminar"Los curas y los psicólogos se preocupan por mi bienestar. Los curas y los psicólogos me dicen lo que tengo que hacer. Los curas y los psicólogos son guardianes de la moral privada."
ResponderEliminar"Las diferencias cuantitativas son muy importantes. Tan importantes que son diferencias cualitativas."
"Cualquier día llego al colegio y me encontraré que han quitado el Crucifijo y han puesto un poster explicando cómo hay que masturbarse bien... Ayyyyy..."
De desgarros en el tello no sé, pero de pajas mentales sientas cátedra.
Comentarios como ésos hacen que me sienta ofendido, tanto como estudiante de psicología como -más si cabe- pajero.
Un saludo y descarga esos huevos llenos de amor que me tienes, gañán!
Alejandro, si mis entradas te ofenden la solución es muy fácil: no las leas. Y evita esos comentarios tan zafios como desprovistos de argumentos, seguro que te sentirás mejor.
ResponderEliminarUn saludo cordial
Ha habido una confusión. Mi comentario iba dirigido a quién más arriba se hacía llamar "Anónimo"...
ResponderEliminarSiento si se ha sentido ofendido, Alfredo.
Un saludo!
Alejandro,
ResponderEliminarparece que con tanto anónimo me he he hecho un lío.
I'm sorry
Un saludo
Creo que sería interesante aclarar de qué fue realmente el proyecto:
ResponderEliminarhttp://tuorganosexual.blogspot.com/2010/06/el-placer-esta-en-tus-manos-i.html
Aunque si hubiese sido un monográfico de masturbación tampoco hubiese estado mal, viendo como aún no aceptamos que el disfrute es una parte más del desarrollo de la persona.
Buen blog, Alfredo :)