Los sujetos con rasgos psicopáticos muestran una conducta agresiva y antisocial muy severa y también muy estable a lo largo de la vida, puesto que suele comenzar en la infancia y mantenerse hasta la adultez avanzada. A diferencia de la agresividad reactiva, estos sujetos desarrollan una agresividad instrumental muy fría y calculada que puede servirles para conseguir sus objetivos personales sin tener en cuenta las necesidades de los demás. Algunos autores atribuyen a estos personajes 3 características:
-Un factor afectivo caracterizado por frialdad emocional y escasa empatía y responsividad a las emociones de los demás (callous-unemotional traits CU).
-Un estilo interpersonal arrogante que implica una personalidad narcisista y una conducta manipuladora.
-Un estilo conductual impulsivo e irresponsable.
La mayoría de estudios encuentran una importante base genética en la disfunción emocional que presentan estos sujetos, y aunque no se conocen aún los genes concretos que pueden estar implicados, existe cierto consenso con respecto a las estructuras cerebrales que desempeñan un papel importante en el desarrollo de la conducta psicopática. El rol estelar corresponde a la amígdala, por su implicación en el aprendizaje evitativo. Otras áreas cerebrales serían la corteza medial órbito frontal y la la corteza prefrontal ventromedial. Todas esas estructuras tienen que ver con el aprendizaje de la asociación entre estímulos y castigos, y también con el reconocimiento de emociones de temor y tristeza en otras personas.
Diversos estudios han encontrado que los sujetos con rasgos psicopáticos presentan una activación menor de la amígdala, y una menor conectividad entre ésta y la corteza prefrontal ventromedial en tareas de condicionamiento aversivo y de reconocimiento de emociones negativas. También se ha encontrado que estos sujetos, especialmente los que muestran más frialdad emocional (CU), tienen unas expectativas de resultados más positivos en situaciones agresivas con los iguales, más conductas de búsqueda de excitación y sensaciones, menos miedo en situaciones de peligro, y también menos ansiedad. Todo eso parece llevarles a no tener en cuenta a la hora de actuar ni la posibilidad de experimentar un castigo, ni el más que probable daño causado a los demás, y persiguen exclusivamente sus propios intereses y beneficios.
La heredabilidad de los rasgos psicopáticos y la existencia de mecanismos cerebrales implicados no deben llevarnos a una actitud derrotista con respecto a la posibilidad de intervenir. Sabemos que durante la infancia estos sujetos muestran déficits temperamentales en reactividad emocional que ponen trabas al desarrollo normal de la empatía, la conciencia y el sentimiento de culpa, y que pueden beneficiarse especialmente de estilos parentales caracterizados por el afecto, la cooperación, el apoyo y la responsividad. Pero que también precisarían del uso de una disciplina consistente y con ciertas dosis de autoritarismo, es decir, la escasa reactividad emocional de estos menores y su desinhibición conductual requeriría de métodos de socialización sólidos si se quiere conseguir que interioricen las normas familiares y que desarrollen una conducta prosocial.
Recordemos que Norman Bates, el psicópata que Alfred Hitchcock inmortalizó en Psicosis, tenía mucho que recriminarle a su madre, ya que el trato que recibió de ésta en su infancia no había sido el más adecuado. Si hubiese disfrutado de otro ambiente familiar, es posible que Norman no hubiese tenido esas “manías” tan peculiares. Aunque, es evidente que la película habría perdido mucho interés si el protagonista hubiese sido un apacible propietario de motel dedicado en sus ratos libres al cuidado de bonsáis.
Bueno....sólo recordar que psicópatas no es igual a asesino en serie, hay muchas personalidades con rasgos psicopáticos en las más altas esferas de poder y también entre nosotros, como ciudadanos normales, los cuales harán daño por su falta de empatía y sentimiento de culpa pero no han de llegar a matar.
ResponderEliminarQuizá convenga hablar en algunos de esos casos de personalidades maquiavélicas, que comparten muchos rasgos con las psicopáticas. Aunque, claro, también hay muchas personas con rasgos psicopáticos entre nosotros.
ResponderEliminarUn saludo
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ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con el peso biológico de la psicopatía y el trastorno antisocial, pero considero que el peso del entorno, y la educación son dos elementos moduladores muy importantes. El problema es cuando hay una herencia genética que predispone más un entorno social y educacional que también predisponen... Muy interesante el artículo.
ResponderEliminarMe interesa mucho lo que escribiste,conozco ua niña de 9 años,no se si tenga una conducta psicopata,o solo problems de conducta,a los cuales sus padres no quieren aceptar,ella juega con niños pequeños y los hace golpear,e incluso a los 6 años le tiro una cuchillada a su primo ,la cual solo le causo una pequeña herida cerca del ojo,miente y dice que se calleron solos,a mi nena la sento en un sillon en el apoya brazos y la solto y se fue e espaldas se golpeo pero no paso a mayores,ud que opina,gracias.
ResponderEliminarDespués de pasar por el infierno de convivir con un psicópata sentí la necesidad de informarme sobre esto . Son personas muy tóxicas que provocan mucho daño a quienes los rodea . La única opción es alejarlos de nuestras vidas
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