Si a lo largo de todo el siglo XX el estudio del déficit y la patología tuvo
una presencia casi absoluta en el campo de la Psicología, el cambio de siglo
trajo consigo aires renovados, con la aparición de nuevos enfoques y modelos que
poco a poco han ido recibiendo más atención por parte de investigadores y
profesionales de la intervención. En la actualidad, algunos conceptos como psicología
positiva, bienestar, resiliencia, competencia o desarrollo positivo empiezan a
ganar terreno y a ser conocidos, no sólo
por estos profesionales sino incluso por la población general. Se trata de un
cambio de enfoque que entronca claramente con una tradición, presente en las
ciencias sociales y de la salud a lo largo de las últimas décadas del siglo
pasado, que consideró como objetivos fundamentales tanto la promoción de la
salud y el desarrollo como el estudio de los aspectos positivos del ser humano.
La Psicología de la Adolescencia
no ha sido ajena a este cambio, y es que este ha sido un ámbito en el que la
patologización y las concepciones negativas acerca de jóvenes y adolescentes
fueron predominantes durante mucho tiempo.
Por ello, no ha sido extraño que la mayor parte de la investigación e
intervención estuviera dirigida a la prevención de los problemas y conductas de
riesgo más frecuentes durante esta etapa evolutiva, tales como la violencia,
las prácticas sexuales de riesgo o el consumo de sustancias. El modelo de
partida era similar al modelo médico tradicional, y la ausencia de problemas
era considerada un sinónimo de desarrollo saludable. Precisamente para hacer frente
a la visión negativa y sensacionalista de la adolescencia y a los modelos de
intervención centrados en el déficit, surge el modelo de desarrollo positivo.
Un modelo renovado que considera que la adolescencia es una etapa de muchas
oportunidades, ya que chicos y chicas tienen mucha plasticidad y grandes potencialidades a
desarrollar; y que adopta una nueva perspectiva centrada en la promoción de la
competencia y el bienestar, y pone el énfasis en el estudio de las condiciones
familiares y sociales que favorecen el desarrollo positivo de los jóvenes. Y es
que los estudios recientes en el campo de las neurociencias indican que la
plasticidad del cerebro durante la adolescencia es similar a la del cerebro
durante los primeros años de vida, y superior a la que muestra durante la niñez
tardía o la adultez. Una plasticidad que afecta fundamentalmente a las zonas
cerebrales encargadas de funciones
cognitivas superiores tales como el razonamiento lógico, la
planificación o la auto-regulación. Por ello, las experiencias vividas por
chicos y chicas adolescentes durante los años que siguen a la pubertad van a
resultar determinantes para el desarrollo de estas funciones.
Este libro surge con la vocación
de ofrecer una visión actualizada y sistematizada del modelo de desarrollo
positivo adolescente. El texto se encuentra dividido en tres partes. En la
primera parte, además de presentar dicho modelo, describiendo las aportaciones más representativas
realizadas por importantes autores, se revisa el papel que los contextos en los que transcurre la vida de chicos y chicas
adolescentes tienen en la promoción de su desarrollo. Así, se repasa la
evidencia disponible acerca de la influencia que distintos factores o activos
presentes en la familia, la escuela, los iguales o el barrio de residencia
tienen sobre el ajuste psicológico y el desarrollo positivo adolescente.
También se presentan los resultados de un estudio llevado a cabo en Andalucía
con el objetivo de aportar más evidencia empírica acerca de la importancia de
estos contextos para el desarrollo de los jóvenes andaluces.
La segunda parte, de carácter eminentemente práctico, ofrece
sugerencias sobre estrategias útiles para fomentar los activos familiares,
escolares y comunitarios que promueven el desarrollo adolescente. Es decir,
trata de proporcionar herramientas que permitan a los profesionales de
distintos ámbitos trabajar de cara a mejorar los contextos de desarrollo de
los adolescentes. El capítulo dedicado a la familia apunta a la importancia de
promover la parentalidad positiva durante la adolescencia, describiendo tanto
el formato como los contenidos que debe incluir todo programa dirigido a la
promoción de dicha parentalidad. Los capítulos dedicados a la escuela y a la
comunidad o barrio ofrecen igualmente un buen puñado de estrategias para
ajustar estos contextos a las necesidades de chicos y chicas adolescentes de
forma que puedan desarrollarse en ellos de forma saludable y positiva, yendo
más allá del fomento del rendimiento académico o de la prevención de problemas
y conductas de riesgo.
Finalmente, en la tercera parte se
revisan a fondo tanto los programas
escolares como los extraescolares que tienen como finalidad la promoción del desarrollo positivo
adolescente, describiendo sus objetivos, el papel de los profesionales o las
claves que determinan su eficacia. También se hace referencia a algunos de los programas más conocidos y eficaces,
realizados dentro y fuera de España.
Se trata pues de un libro
novedoso que trata de superar las concepciones
sesgadas y pesimistas y los modelos excesivamente centrados en el déficit y la
patología, ofreciendo una visión positiva y optimizadora de los adolescentes y
de su desarrollo. Un enfoque que considera que los adolescentes no representan
un problema que hay que resolver, sino un recurso con muchas competencias por
desarrollar cuando los contextos en los que transcurre su vida cotidiana les
ofrecen oportunidades positivas. Es también un libro que combina el rigor
propio del investigador académico con un indudable afán didáctico. Por ello
puede resultar de utilidad tanto para el estudiante o profesor universitario,
como para profesionales de diversos ámbitos o, incluso, para madres y padres de
adolescentes que quieran entender mejor
a sus hijos o hijas.
Como se refleja en el índice de este libro, su
redacción no hubiera sido posible sin la participación de un nutrido grupo de
profesores y profesoras de las universidades de Sevilla y Huelva. Todos ellos
configuran un equipo que durante los últimos años ha venido trabajando de forma
intensa en el ámbito del desarrollo positivo adolescente. Como coordinador de
este libro, quiero agradecerles el esfuerzo y el rigor que han demostrado en la
elaboración de los diferentes capítulos. También agradezco a la Consejería de
Salud de la Junta de Andalucía el apoyo económico que a lo largo de la última
década ha venido prestando a algunos de nuestros proyectos. Sin el esfuerzo de
unos y el apoyo de otros este libro no habría sido posible.
http://www.sintesis.com/biblioteca-de-psicologia-107/desarrollo-positivo
http://www.sintesis.com/biblioteca-de-psicologia-107/desarrollo-positivo
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