lunes, 25 de junio de 2012

El perfil emocional de tu cerebro




Los psicólogos somos muy dados al estudio de las diferencias individuales, y para ello inventamos tipologías que nos permiten clasificar a las personas, o dimensiones bipolares entre los que las situamos. Entre las tipologías más conocidas podríamos citar los tipos de temperamento: fácil, difícil y lento para adaptarse, según la propuesta de Thomas, Chess y Birch. Mientras que los "Big Five" son las dimensiones más empleadas para definir la personalidad: apertura a la experiencia, conciencia, extravesión, sociabilidad y neuroticismo.

Pues bien, los numerosos estudios llevados a cabo en las últimas décadas sobre el funcionamiento del cerebro han servido para que Richard J. Davidson, profesor de Psicología en la Universidad de Wisconsin-Madinson, haga una interesante propuesta dimensional: el perfil emocional.

Antes de entrar a definir las dimensiones o componentes del perfil emocional conviene aclarar algunos conceptos relativos a las emociones. Un estado emocional es la unidad más pequeña y fugaz de la emoción, ya que se trata de la emoción (alegría, tristeza, ira, miedo) suscitada por una experiencia , por un recuerdo o por la anticipación del futuro, y que apenas dura unos segundos o minutos. Si esta emoción persiste durante horas o días, ya estaríamos hablando de un estado de ánimo. Y si este sentimiento o estado de ánimo es característico de un sujeto, se trataría de un rasgo emocional, que hace más probable que dicho sujeto experimente ciertos estados emocionales, como la ira, en su vida cotidiana.

Pues bien, para el profesor Davidson un perfil emocional es la manera o estilo que tiene una persona de reaccionar ante los experiencias cotidianas. Este perfil influye en la probabilidad de sentir estados emocionales, rasgos emocionales y estados de ánimo, por lo que constituyen los "átomos" de nuestra vida emocional. Por otra parte, hay que decir que esta propuesta se basa en un análisis muy riguroso de los mecanismos cerebrales subyacentes mediante técnicas de neuroimagen.

Las seis dimensiones que configuran el perfil emocional son:

- Resistencia. Es la rapidez o lentitud con la que una persona se recupera ante una frustración o adversidad que nos genera estrés, como la cancelación de nuestro vuelo, o una discusión con un amigo o la pareja. (Rápida en recuperarse versus Lenta en recuperarse)

- Actitud. El tiempo que somos capaces de mantener una emoción positiva, es decir, no tanto la capacidad para sentir alegría o felicidad, sino para hacer que dicho sentimiento se mantenga vivo. (Positiva versus Negativa)

- La intuición social es la pericia para captar los gestos o las señales sociales de las personas que nos rodean. Las personas con mucha intuición tienen mucha habilidad para captar sutiles pistas no verbales, interpretar el lenguaje corporal, las entonaciones vocales y las expresiones faciales. (Socialmente intuitivo versus Desconcertado)

- La autoconciencia se refiere a la capacidad para percibir y comprender nuestras propias emociones y sentimientos. Si estamos enfadados, o estresados o nerviosos, y nos percatamos de ello es probable que nos percatemos de que la verdadera causa del enojo con otra persona está más relacionada con nuestro estado de ánimo que con el comportamiento del otro. (Autoconsciente versus Opaca a sí misma)

- La sensibilidad al contexto tiene que ver con cómo regulamos nuestras respuestas emocionales en función del contexto en el que nos encontramos. Dependiendo con quién estemos interactuando y en qué circunstancias hay diferentes maneras de actuar: por ejemplo, no ser demasiado cordial en el trato con un superior. (Sintonizada versus Desconectada)

- La atención o capacidad para eliminar las distracciones emocionales y seguir concentrado en una tarea, sin que nos aparten de ella pensamientos sobre una discusión que tuvimos ayer con un colaborador, o sobre una conferencia que tenemos que dar la próxima semana. (Centrada versus Dispersa)

Todas las personas se sitúan en una determinada posición entre los dos polos de cada dimensión, y el perfil emocional resultará de la combinación de dichas posiciones. Lo más interesante es que, a pesar del substrato neuronal del perfil emocional, es susceptible de cambio y entrenamiento.

Davidson, R. J. (2012). El perfil emocional de tu cerebro. Barcelona: Destino.

1 comentario:

  1. hola Alfredo , llegué a tu blogs tras ver un video en youtube en que el prof Davison habla de la neurobiologia de la meditación y de las implicancia potenciales que tiene por ejemplo en el campo de la Educación.
    Encuentro muy entretenido tus notas y las adopté a mis páginas marcadas

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