Como complemento a esos estudios centrados en las influencias negativas de los factores de riesgo, en los últimos años ha ido ganando peso la idea de que algunas características del barrio o comunidad pueden favorecer el desarrollo de niños y adolescentes. Así, en el marco del modelo de desarrollo positivo adolescente, algunos autores han propuesto el concepto de activos para el desarrollo (Developmental Assets) para hacer referencia a aquellos recursos presentes en el sujeto, en la familia, la escuela o la comunidad que resultan esenciales para la promoción del desarrollo positivo adolescente (Benson, Scales, Hamilton y Sesman, 2006).
Ya nos hemos referido en este mismo blog a la importancia de los activos familiares y escolares, pues bien, también algunos recursos del vecindario o barrio han mostrado su importancia sobre el desarrollo y la competencia de los chicos y chicas adolescentes. En un estudio que hemos llevado a cabo sobre una muestra de 2400 adolescentes pertenecientes a 20 centros educativos de Andalucía Occidental ha aportado una importante evidencia empírica acerca de la importancia de los activos situados en el barrio en que residen los adolescentes. Nuestros resultados indican relaciones significativas entre la competencia y el ajuste adolescente y algunas dimensiones comunitarias, como la seguridad del barrio o el control social que las personas adultas que residen en ese vecindario ejercen sobre el comportamiento transgresor de los adolescentes También se relevaron como un activos importantes el empoderamiento y la valoración positiva de la juventud por parte de los vecinos adultos, o el sentimiento de pertenencia o de vinculación con la comunidad o barrio en que se vive.
Pues bien este estudio nos ha permitido validar y baremar distintos instrumentos psicométricos, entre los que figura la Escala para la evaluación de los activos del barrio, formada por 22 items que se agrupan en cinco dimensiones o subescalas: empoderamiento, apego al barrio, seguridad, control social y actividades para jóvenes. Esta estructura mostró unos buenos índices de ajuste que sirvieron para confirmar su validez.
La validación de la escala va a aparecer publicada en Social Indicators Research (la publicación online puedes encontrarla aquí) y la versión castellana con sus baremos en Oliva et al (2011). Si estás interesado en la utilización de la escala, puedes solicitarla a oliva@us.es.
Oliva, A., Antolín, L. y López, A. (en prensa). Development and validation of a scale for the measurement of adolescents' developmental assets in the neighborhood. Social Indicators Research.
Oliva, A., Pertegal, M.A., Antolín, L. Reina, M.C., Ríos, M., Hernando, A., Parra, A., Pascual, D. y Estévez, R. (2011). Desarrollo Positivo Adolescente y los activos que lo promueven. Sevilla: Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
La idea de la relevancia del barrio es absolutamente coherente con la teoría del desarrollo propuesta por Judith Rich Harris sobre cuáles son los factores no-genéticos relevantes para comprender la formación de la personalidad. Ella demuestra que, de hecho, de entre esos factores no-genéticos, es precisamente la red de amistades la que puede llegar a producir un efecto consistente en la personalidad del chaval. Los padres, en cambio, no tendrían ningún poder. Enhorabuena por el desarrollo de la escala. Saludos, Roberto
ResponderEliminarRoberto, la influencia del barrio no descarta la familiar. Decir que los padres no tienen ningún poder de influencia sobre sus hijos es insostenible.
ResponderEliminarEs cierto, que Harris expuso unas críticas muy interesantes acerca de los estudios sobre socialización familair, pero sus argumentos fueron fuertemente contestados (Collins, Maccoby, Steinberg, Hetherington, y Bornstein, 2000), tanto en lo referente a la importancia de las influencias genéticas, como en lo relativo al sentido de las influencias padres-adolescente. En relación con este segundo aspecto, debe señalarse que es cierto que una parte muy importante de los estudios que han analizado la relación entre los estilos parentales y el ajuste o desarrollo adolescente son correlacionales y, por lo tanto, no aportan información sobre el sentido de las influencias. Sin embargo, tanto los estudios longitudinales, que evalúan el estilo parental y el desarrollo infantil o adolescente en distintos momentos evolutivos, como los diseños basados en alguna intervención que persigue modificar las prácticas educativas paternas, aportan suficiente evidencia sobre la influencia de las prácticas parentales sobre el ajuste adolescente. Por otra parte, los estudios de genética de conducta no descartan la influencia familiar sobre la mayoría de rasgos psicológicos y/o conductuales.
Collins, W. A., Maccoby, E. E., Steinberg, L., Hetherington, E. M. & Bornstein, M. H. (2000). Contemporary Research on Parenting: The Case for Nature and Nurture. American Psychologist, 55(2), 218-232.
Un saludo
Decir que los padres no tienen ningún poder de influencia sobre sus hijos es insostenible.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. De hecho, diría que ciertos padres son patólogicamente influyentes para la personalidad de sus vástagos. Es más, me atrevería a decir que tendencia o condicionamiento de según qué ideologías políticas y/o religiosas en cuanto al grado de esa influencia, pero eso ya lo dejo para mis teorías subjetivamente empíricas.
Saludos.
no encuentro el enfoque adecuado del artículo, lo siento
ResponderEliminarcomo estas? su espacio online es muy hermoso,es la tercera vez que vi tu website, buen espacio!
ResponderEliminarhasta
Alfredo, haber si nos hablas sobre el movimiento 15M y los jóvenes españoles, que tienes mucho que decir!
ResponderEliminarHola, somos una asociación que lleva a cabo proyectos en el barrio con población adolescente, queremos difundir unos dípticos sobre uno de nuestros proyectos, y nos a encantado la imagen presentada en su estudio. Queríamos preguntarle si ¿hubiese algún problema en utilizarla para tal difusión?.
ResponderEliminarEsperamos su pronta contestación.
Gracias por su trabajo y atención.