viernes, 26 de septiembre de 2008

Luces y sombras en el sistema educativo finlandés

Cuando a finales del año pasado se hicieron públicos los resultados del informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de 15 años, que se lleva a cabo cada 3 años en un elevado número de países) se suscitó una clara preocupación social a raíz de la mediocre posición que ocuparon nuestros alumnos de secundaria: puesto 31 de 57 participantes. Inmediatamente dirigimos la mirada hacia aquellos países que ocuparon los primeros lugares en el ranking: Finlandia, Corea y Japón. Por ser Finlandia un país europeo, fue el que llamó más la atención en nuestros medios de comunicación, y su sistema educativo fue considerado como un ejemplo a seguir en distintas publicaciones y foros. En este mismo blog hicimos referencia a sus características. El interés estaba más que justificado, ya que es muy conveniente tener ejemplos que puedan orientarnos en la búsqueda de una mejoría del rendimiento de nuestros estudiantes de secundaria. Sin embargo, había un dato que me generaba cierta incomodidad, y es que esos tres países que lideran el ranking PISA, se caracterizan también por unas elevadas tasas de suicidio adolescente. De hecho Finlandia ha encabezado las estadísticas europeas durante la última década.
Cuando el pasado martes nos sobrecogió la noticia del asesinato en un instituto finlandés de 10 estudiantes por parte de un compañero aumentó mi inquietud, pues llovía sobre mojado ya que el año pasado fueron 9 los adolescentes que murieron en una masacre provocada por un estudiante de 19 años en un instituto de la ciudad finlandesa de Tuusula. Parece que no es oro todo lo que reluce en ese país, y que es preciso analizar el “paraíso” finlandés con algo más de detenimiento antes de importar a la ligera las recetas nórdicas. ¿Cuántos de nosotros querríamos mejorar nuestros resultados en el informe PISA si ello supusiera asumir algunos de los aspectos no estrictamente educativos de esos países líderes en matemáticas y lengua que de alguna forma explican sus mejores resultados, pero que también pueden estar relacionados con la insatisfacción de su juventud? Además, me parece que deberíamos completar los datos y estadísticas que evalúan la eficacia de nuestro sistema educativo con otros indicadores que vayan más allá del rendimiento de nuestros alumnos en las materias instrumentales. ¿O acaso no pedimos a la escuela algo más que enseñar a nuestros niños y adolescentes a resolver problemas y escribir con corrección?

3 comentarios:

  1. Pelín exagerado, ¿no? No se puede generalizar que por las barbaridades cometidas por dos desequilibrados los jóvenes finlandeses en general estén insatisfechos, o insinuar que su sistema les aboca a ello. De hecho, los países nórdicos suelen situarse entre los de mayores cotas de felicidad.
    Fantástico lo de un mayor número de indicadores pero habrá que verificar cuales, porque el lenguaje y las matemáticas ya están contrastados.

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  2. La exageración es evidente en los referente a las masacres, que reconozco aproveché interesadamente. No lo es en cuanto al índice de suicidios. El sistema educativo suele estar inmerso y en consonancia con un contexto cultural más amplio. En el caso de Japón, no sólo es competitivo el sistema educativo, también el mundo empresarial. Y, en mi modesta opinión, esta competitividad algo tendrá que ver con la insatisfacción personal y las conductas suicidas. En universidades muy competitivas como Yale y Harvard se registran también unas tasas de suicidios elevadas. No he querido quitar importancia a una de las funciones que debe cumplir la escuela secundaria, como formar en las materias instrumentales. Pero creo que la adolescencia es una etapa muy aprovechable para trabajar otros aspectos. Indicadores se me ocurren muchos: Pensamiento crítico, tolerancia a la frustración, iniciativa personal, responsabilidad, compromiso social, habilidades sociales y comunicativas, creatividad, capacidad para tomar decisiones, capacidad de planifiación,manejo de las propias emociones, respeto a la diversidad, autoestima, autonomía personal, etc. Será por indicadores.

    Un saludo

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  3. Señor Oliva: Probablemente mis opiniones se vean influenciadas por la discriminación a la que estoy siendo sometido en éste país. Llevo nueve años viviendo aquí y tengo un hijo de 5 años que me están intentando robar con la táctica del cuentagotas. Me molesta cuando leo u oigo en los medios esta propaganda gratuita alavando el sistema finlandés. Es como los que idealizan la revolución cubana sin vivir en Cuba. Como usted dice hay sombras por estos lares, aunque si pudiera vivir la realidad de este país seguro que se escandalizaría. Sólo hay que echar un vistazo a los índices de violencia doméstica y criminalidad de este país. Aquí la gente no tiene corazón y precen todos amorfos emocionales. No puedo entender cómo puede ser considerado el país con mejor educación del mundo con todos los problemas sociales que tienen, lo racistas e intolerantes que son y lo tristes que parecen.. Me encantaría debatir sobre todo esto con rigurosidad y equilibrio, pues tengo un hijo aquí y creo que es mejor solucionar los problemas desde la realidad, algo que desde dentro es imposible.. Gracias

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