sábado, 19 de diciembre de 2009

Sexo, mentiras y esperanza de vida


Llevaba unos días pensando que estaba haciendo méritos sobrados para alargar mi vida, después de escuchar en la radio los resultados de un estudio llevado a cabo en la Universidad de Frankfurt. Según los datos obtenidos en una investigación dirigida por el doctor en gerontología Karen Weatherby, aquellos hombres que miran el pecho de las mujeres durante unos diez minutos diarios aumentan su esperanza de vida en un promedio de 5 años. El hallazgo había sido recibido con alborozo por muchos varones heterosexuales y por algunas mujeres bien dotadas, y supongo que también por las clínicas de cirugía estética.

El estudio, aparentemente publicado en New England Journal of Medicine, ha tenido mucha repercusión en la blogosfera y en algunos medios de comunicación. Así, en algunas páginas web puede leerse que la muestra estuvo formada por 200 varones (supongo que heterosexuales) que se dividió en dos grupos, uno al que se pidió que fuese generoso a la hora de mirar esos atributos femeninos, y otro grupo al que se le impidió. No encuentro información acerca de cómo consiguieron los investigadores apartar a los participantes de esa barata diversión, aunque sí se detalla en algunas webs que el grupo de “observadores” ya mostró a los cinco meses una menor frecuencia cardiaca, niveles más bajos de tensión arterial, y una mejor circulación sanguínea. Así, el doctor Weatherby afirma que la excitación sexual provocada por esos diez minutos diarios de entretenimiento visual más eficaces que 30 minutos de ejercicio aeróbico para reducir el riesgo de problemas cardiovasculares.

Teniendo en cuenta que últimamente tengo cierta tendencia a la hipertensión generada por el estrés, ya había pensado cambiar la lectura que realizo mientras hago bicicleta estática en el gimnasio por el voyeurismo. De esa forma conseguiría aumentar los beneficios cardiovasculares del ejercicio aeróbico que realizo diariamente.

Para informarme mejor del estudio decidí buscar el artículo publicado por el investigador de la universidad alemana. Para mi sorpresa no encontré en New England Journal of Medicine, ningún trabajo del doctor Weatherby. Tampoco la búsqueda en Medline arrojó ningún resultado positivo. Sin embargo, sí encontré un artículo publicado el 21 de marzo de 2000 en el tabloide Weekly World News que hacía referencia al mismo estudio, aunque en esta ocasión se atribuía la investigación al doctor Franz Epping. La cosa parece estar clara: el estudio no existe, y se trata sólo de un bulo que tiene su origen en un tablodie, que ha encontrado una amplia difusión en la Red y que ha tenido eco en algunos medios de comunicación.

Aunque la blogosfera se ha convertido en una importante fuente de información y un medio muy apropiado para divulgar conocimiento, este asunto pone de manifiesto que hay que tener cuidado antes de dar por veraces muchas de las informaciones encontradas en blogs y páginas web. Por ahora, las revistas académicas son la fuente más fiable de información sobre asuntos científicos aunque, como demostró el travieso Alan Sokal, tampoco están totalmente exentas de bulos (ver aquí).
Alfredo Oliva

2 comentarios:

  1. Estas "noticias" resultan muy comerciales. Se consumen rápido y llaman mucho la atención. Aunque hay cientos de estudios que siguen esquemas parecidos lo gracioso es que esto ni lo sea. Una buena forma de recordar la necesidad de contrastar las fuentes.

    Saludos

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  2. Pues yo creo que el estudio es real. Mi aparato circulatorio ha agradecido este post.
    ¡Vaya pechos!

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