La empatía
es la capacidad de comprender y responder a los sentimientos y estados
emocionales de otras personas. Es una especie de wi-fi emocional que nos
conecta y nos permite compartir la experiencia emocional de los demás y
entenderlos mejor. Se trata de una competencia básica para las relaciones
interpersonales que fomenta la prosocialidad y la compasión. Por lo tanto, cabe
esperar que las personas más empáticas se muestren más partidarias de las
políticas sociales de ayuda y apoyo a
los grupos más necesitados, y respalden el Estado del Bienestar frente a las
políticas de corte neoliberal.
Pues eso
precisamente es lo que han encontrado diversos estudios realizados en Estados
Unidos, con el añadido de hallar una clara diferencia en empatía entre quienes
tienen una ideología de izquierdas y quienes se muestran más conservadores: la
izquierda es más empática que le derecha. Hasta aquí todo parece coherente,
aunque conviene aclarar que el hecho de que aparezcan diferencias
significativas entre izquierda y derecha, no excluye en absoluto la existencia
de conservadores con niveles altos de empatía.
Y esto puede
resultar contraintuitivo, si tenemos en cuenta el desprecio que la derecha
siente hacia el Estado de Bienestar ¿cómo adoptan ideologías conservadoras
quienes se ¿cómo adoptan ideologías conservadoras quienes muestran empatía hacia los necesitados? Sin duda, los
conservadores empáticos van a vivir una situación de conflicto incómodo o
disonancia cognitiva en la que su empatía hacia los necesitados y su
conservadurismo chocarían de pleno. La
respuesta a ese conflicto no es otra
que la de aumentar los prejuicios hacia esas minorías necesitadas atribuyéndoles
rasgos negativos y toda la responsabilidad de su fracaso social. Es decir, soy
empático pero sólo con los míos, no con esa escoria social que sólo pretende
vivir a costa del Estado. Una solución parecida a la que adoptan los nacionalismos
excluyentes.
Lo curioso es
lo que han encontrado Stanley Feldman y sus colegas de la Universidad
Estatal de Nueva York en Stony Brook: mientras que entre la izquierda una alta empatía se asocia a
un mayor apoyo las políticas sociales del Estado de Bienestar, entre los
conservadores ocurre todo lo contrario, pues son los más empáticos quienes más
se oponen a dichas políticas. Aunque resulta paradójico, este hecho puede
deberse a que probablemente estos sujetos deben hacer una mayor esfuerzo
compensatorio para reducir esa disonancia cognitiva. Un esfuerzo que pasa por
adoptar fuertes prejuicios hacia minorías desfavorecidas y oponerse al estado
de Bienestar. Por lo tanto, casi es preferible contar con conservadores fríos e
insensibles que con conservadores empáticos que rechacen tajantemente el Estado
de Bienestar y que tranquilicen su conciencia con obras de caridad.
Somos capaces de vivir con contradicciones internas importantes pero además la derecha (generalizando conceptualmente) puede cumplir con esa empatía a través del concepto de caridad no reconociendo que los servicios sociales sean un derecho sino considerándolos una concesión graciosa de quienes están económicamente mejor ubicados. El ejercicio de la caridad tranquiliza y evita la aplicación de políticas redistributivas.
ResponderEliminarInteresante. Me entra la curiosidad: si asumimos que genéricamente un derechista tiene una clara inclinación por favorecer a los suyos y de hecho desprecia a los que cree viven a costa de él y les asocia una variada lista de adjetivos peyorativos, entonces ¿qué mecanismo psicológico les hace estar a favor de la caridad?. Será que solo es una forma de sentirse bien consigo mismos haciendo la tarea de cumplir con "obras de bien" o tal vez hay algo más.
ResponderEliminarMuy interesante ;)
ResponderEliminarDejo aquí un PDF relacionado:
http://lore.gu.se/digitalAssets/1525/1525704_feldman-huddy_empathy.pdf
Ahora entiendo mucho mejor tanto "golpe de pecho"...para intentar acallar sus conciencias!!!
ResponderEliminarMuy buen artículo!!! ;)