Si tenéis un adolescente en casa, es probable que hayáis notado cómo la comunicación con él o con ella resulta más complicada que cuando tenía seis o siete años. Aunque se trata de algo relativamente normal y frecuente sobre lo que no hay que dramatizar en exceso, algunas sugerencias y consejos podrían ayudaros a mejorar esta comunicación. Si seguís estos consejos y tenéis algo de paciencia, es muy probable que mejore vuestra relación.
· Escuchad lo que dice
vuestro hijo o hija, dejadle terminar: Dejar que
vuestro hijo o hija hable y diga lo que piensa o siente es muy beneficioso
para el buen funcionamiento de la familia y para su bienestar. Si no dejáis
que termine lo que quiere deciros y le interrumpís porque pensáis que ya
sabéis lo que os va a decir, nunca sabréis realmente qué ideas tiene ni cómo
se siente.
· No critiquéis, no
juzguéis, no culpabilicéis: No sois
jueces. Si os dedicáis a criticar su conducta constantemente estaréis
poniendo una barrera entre vosotros. Si muestra su enfado y grita, podéis
corregir su comportamiento con algo como: “ya veo que estás enfadado/a, pero
si me gritas no me entero bien. Cuando te tranquilices podremos seguir
hablando”.
· No deis lecciones:Tendemos a decir a nuestros hijos e hijas todo lo que deben hacer. Sin
embargo, es mucho más útil y beneficioso enseñarles a buscar soluciones por
sí mismos, y razonar con ellos las ventajas e inconvenientes de cada elección.
· Dad importancia a lo que
os dice: A veces se preocuparán por asuntos que para
vosotros no tienen la menor importancia y pensaréis: “no son más que
tonterías, ya se le pasará”. Si cuenta con vosotros para hablar de sus
cosas, valoradlo. Si no dais importancia a lo que quiere contaros, puede que
en el futuro deje de hablaros de eso y de muchas otras cosas.
· Enseñadle a comunicar sus sentimientos: No es suficiente preguntarle qué ha hecho,
sino también cómo se ha sentido. Podéis ayudarle a que entienda qué siente preguntándole
“¿estás enfadado o triste?” o diciéndole “yo estoy orgullosa ¿y tú?”. Todos
tenemos que aprender a expresar nuestros sentimientos y vosotros podéis
ayudar a vuestro hijo o hija a hacerlo.
· Controlad vuestros impulsos: Puede ocurrir
que os cuente que ha hecho cosas que no os gustan (por ejemplo, que ha
faltado a una hora de clase porque no tenía ganas de ir). En esos casos, no
os dejéis llevar por los nervios; si reaccionáis de forma impulsiva y no
razonáis con él o ella, puede que la próxima vez no confíe en vosotros y no
os lo cuente. Evitad gritarles, amenazarles y ordenarles lo que tienen que
hacer. Cuando estéis más serenos hablad con él o ella y explicadle qué es lo que no os gusta.
· Ya no es un niño o una
niña: No lo olvidéis; se está convirtiendo en una
persona adulta, si actuáis como si fuera como vuestra niña o niño pequeño
sentirá vergüenza, sobre todo delante de sus amigos y amigas. Evitad invadir
su espacio personal, criticarle o darle lecciones en todo momento,
especialmente cuando esté con su pandilla.
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Hola Afredo, gracias por la entrada, perfectamente indicados las sugerencias, y así parecen tan fáciles de seguir. Lo que pasa que a veces lo simple no es fácil de cumplir, sobre todo: Controlad vuestros impulsos, en ocaciones los adolescentes son capaces de "ponernos en el palo".
ResponderEliminarCristóbal.
Hola Afredo, gracias por la entrada, perfectamente indicados las sugerencias, y así parecen tan fáciles de seguir. Lo que pasa que a veces lo simple no es fácil de cumplir, sobre todo: Controlad vuestros impulsos, en ocaciones los adolescentes son capaces de "ponernos en el palo".
ResponderEliminarCristóbal.
Buenos consejos. Lo difícil, como en tantas otras cosas, es llevarlos a la práctica.
ResponderEliminarMuy buena entrada y no me parece que sea tan dificil de cumplir, de hecho me parece que es mas facil esforzarse por cumplir los consejos que arreglar los problemas que causan no cumplirlos. Ojalá todos los padres cumplieran tus consejos ... los hijos vivirian mucho más tranquilos y felices.
ResponderEliminarMuy buen post, soy psicologo e intento seguir estas directrices cuando tengo padres con adolescentes problemáticos.
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