Tendemos a pensar que corremos más riesgos cuando viajamos en avión o cuando podamos las tuyas del jardín desde el último peldaño de la escalera. Sin embargo, el peligro nos acecha en el lugar más inesperado, por ejemplo, mientras paseamos tranquilos y confiados por cualquier calle conocida de nuestra ciudad.
Tomé esta foto desde la ventana del hotel en Vilnius.
Esta fotografía podría ser perfectamente un Cartier-Bresson del siglo XXI. Capta perfectamente la esencia del momento. Lo dice alguien que ha visto bastantes fotografías.
ResponderEliminarEn el dudoso caso de que algún día te aburrieras de la Psicología, deberías hacerte fotógrafo ;)
Saludos.
A todo esto, desgraciadamente, la realidad SIEMPRE supera la ficción y recuerdo un par de casos que se dieron este último año sobre lo que comentas.
ResponderEliminarSupongo que esta Gran Bola Azul es lo suficientemente grande, y poblado, como para que estas probabilidades sucedan.
Saludos.
Supongo que los pensamientos que comentas se deben a las creencias que las personas depositan en las acciones que hacen. Hemos aprendido que corremos más peligro al viajar en avión que al pasear tranquilamente por nuestra ciudad. Tal vez porque es lo que los medios de comunicación propagan, o porque la adrenalina que se desata cuando estamos subidos en ese avión sea mayor.
ResponderEliminarSin embargo,como bien dices,las desgracias pueden encontrarse en cualquier sitio, hasta en el que aparente ser más inofensivo.
Un saludo.
KC, gracias por el elogio desmesurado. Cartier-Bresson son palabras mayores.
ResponderEliminarAnónimo, no te tomes el comentario que acompaña a la foto tan en serio. En este caso lo importante de la entrada era la imagen.
qué buena foto, Alfredo! todavía se ven por ahí personas que se suben a las ventanas para limpiarlas, yo pillé también a una viejita memorable en Estambul, era increíble verla ahí montada como si tal cosa...
ResponderEliminarMe encanta la foto, parece que llevan el paraguas por si caen los de arriba :)
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