En este blog me ocupo de asuntos de temática psicológica y social: reseñas de libros, resúmenes y comentarios de algunos artículos recientes, reflexiones sobre asuntos sociales desde un punto de vista psicológico, etc.
martes, 29 de noviembre de 2011
Empatía y ajuste psicológico
domingo, 6 de noviembre de 2011
Activos para la salud y el desarrollo comunitario
martes, 18 de octubre de 2011
Cerebro adolescente y relaciones con los iguales
viernes, 7 de octubre de 2011
Nuevas familias y bienestar infantil
viernes, 30 de septiembre de 2011
Las chicas son guerreras ¿Mayor vulnerabilidad femenina a las adicciones?
martes, 6 de septiembre de 2011
Un fantasma recorre el mundo: el fantasma del neo-liberalismo
martes, 28 de junio de 2011
Crisis y pobreza y desprotección infantil
Leo en la prensa que el informe del Defensor del Pueblo Andaluz alerta sobre el aumento de la pobreza infantil como consecuencia de la crisis económica. Según sus datos, en Andalucía un 19.3% de los 1.6 millones de menores se halla en situación de pobreza, y un 35% se encuentra en claro riesgo de llegar a esta situación. Esto quiere decir que un porcentaje altísimo de padres y madres tienen verdaderas dificultades para poder atender las necesidades de sus hijos e hijas. Algo terrible, y sin duda una de las consecuencias más preocupantes y dramáticas de la crisis económica.
Y es que la crisis no golpea por igual a todos los sectores, mientras muchas familias viven en la penuria, quienes han provocado la crisis se benefician de ella. Así, el dueño de la inmobiliaria Fadesa ingresó en su cuenta personal 139 millones de euros de la empresa antes de declarar suspensión de pagos. Durante 2008, Ana Patricia Botín obtuvo un aumento del 18% en sus emonumentos, que unido a lo que el banco Banesto que presidía aportó a su plan de pensiones, elevó su salario a los ¡21,7 millones! Los demás miembros del Consejo de Administración percibieron durante 2008 un 37% más que el año anterior. Estos son algunos de los ejemplos apuntados por Pascual Serrano1 sobre cómo viven la crisis los directivos de grandes empresas y bancos, que muestran a las claras como mientras todos pagamos el rescate de la banca ellos no tienen el menor pudor de seguir enriqueciéndose a nuestra costa.
Como contrapartida, algunos sectores han sido golpeados con más fuerza. Durante mucho tiempo hemos vivido en una burbuja inmobilaria que situó el precio de la vivienda a unos niveles sobredimensionados y que hizo que muchas familias se endeudaran para adquirirla. Fueron las familias que asumieron deudas muy elevadas respecto a su renta disponible y quienes adquirieron su vivienda en los años previos a la crisis quienes se han visto más afectados por el colapso del mercado inmobiliario, lo que ha hecho que la deuda contraída para adquirir su vivienda sea muy superior a su precio actual. Se trata fundamentalmente de parejas jóvenes con hijos pequeños, y muchos de ellos de origen extranjero. Precisamente un sector que ha sido fuertemente afectado por el paro, ya que las tasas de desempleo no de distribuyen de forma equitativa.
Pero no han sido las familias las únicas perjudicadas por la crisis, ya que comunidades autónomas y ayuntamientos también se endeudaron durante años invirtiendo en equipamientos de nuevos desarrollos urbanos que pensaban amortizar y financiar mediante las plusvalías inmobilarias ( Impuestos de Bienes Inmuebles, licencias de obras y venta de suelo público). Como consecuencia de esa arriesgada apuesta, la crisis ha dejado las arcas de las administraciones locales en una clara bancarrota, atrapadas entre la deuda contraída y los recursos menguantes. Este hecho tiene una particular relevancia, si tenemos en cuenta que en nuestro país la mayor parte de las políticas sociales son competencia de ayuntamientos y comunidades autónomas. La disminución de recursos ha supuesto una merma considerable en el gasto en políticas dirigidas a educación, salud, familia e infancia. Políticas de redistribución que beneficiarían precisamente a los sectores sociales más necesitados, y de forma muy directa a los menores de edad2, ya que, como comenté líneas atrás, las parejas jóvenes con niños pequeños son los grandes perjudicados por la crisis..
Pues nada, que el gobierno siga haciéndole el trabajo sucio a los bancos centrales y a los grandes organismos financieros internacionales que así hipotecará el futuro de varias generaciones. No van a dejar tarea alguna para el PP.
1. Pascual Serrano. Prólogo a Juan Torres, “La crisis de las hipotecas basuras, o ¿por qué se cayó todo y no se ha hundido nada? Madrid, 2010: ATTAC.
2. Observatorio Metropolitano (2011). La crisis que viene. Algunas notas para afrontar esta década. Madrid: Traficantes de sueño.
martes, 21 de junio de 2011
Apego en la infancia y depresión adulta
martes, 7 de junio de 2011
Curso sobre Desarrollo Positivo Adolescente en La Rábida (UNIA)
Lo positivo está moda, y aunque tal vez empiece a estar uno cansado de tanto abuso del término, creo que el modelo del desarrollo positivo adolescente es un enfoque excelente para la intervención en adolescencia. Aún reconociendo que el viejo modelo del déficit, que busca la prevención de problemas mediante la eliminación de factores de riesgo, puede tener aún cierta vigencia y resultar útil en muchas ocasiones, la promoción del desarrollo adolescente requiere de un cambio de enfoque que trate de ir más allá de la prevención de los problemas que son más frecuentes durante esta etapa.
Vivimos tiempos difíciles en los que navegar las agitadas aguas de la adolescencia va a requerir de muchas competencias personales como las que nuestro modelo trata de promover. Fijar objetivos competenciales a alcanzar, encontrar y promover activos que favorezcan el desarrollo o considerar que una juventud libre de problemas no es una juventud suficientemente preparada, son rasgos del modelo de desarrollo positivo que será el contenido del curso que un grupo de colegas impartiremos en La Rábida (Huelva) en los días 11 a 15 de julio, en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía.
En este curso se presentarán los fundamentos del modelo, y se incidirá en aspectos tales como: la sexualidad adolescente desde un enfoque global y positivo, la elaboración de mapas de activos, los instrumentos para la evaluación de dichos activos y de las competencias que definen el desarrollo positivo, el trabajo para la promoción del desarrollo en el centro educativo y en el aula o la formación de madres y padres.
Como director de este curso te animo a que participes en él. Serán unos días en los que podrás combinar la formación, el intercambio de puntos de vista con otros profesionales y el disfrute del ocio en un lugar muy hermoso y con mucha historia.
Si estás interesado, puedes encontrar más información aquí.
viernes, 27 de mayo de 2011
Rizzolati, las neuronas espejo y los especuladores financieros
miércoles, 18 de mayo de 2011
Obesidad infantil, pubertad precoz y salud
Los niños y niñas españoles están muy gordos. Y no lo digo yo, sino la mayoría de estudios que se han llevado a cabo en nuestro país a lo largo de la última década (aquí). Y hay razones sobradas para que nos preocupemos por ello, ya que la obesidad en la infancia y adolescencia es un claro predictor del sobrepeso en la adultez, lo que a su vez se asocia con diversos problemas de salud. Pero, a pesar de la gravedad de esa relación, la cosa no se queda ahí, ya que un elevado índice de masa corporal también se vincula con un inicio más precoz de los cambios puberales. Aunque en el pasado existían algunas dudas acerca de si era el exceso de grasa lo que precipitaba la pubertad o si, al contrario, eran los cambios puberales los responsables de la acumulación de grasa, en la actualidad este debate se ha resuelto a favor de la primera hipótesis.
Algún lector tal vez pueda pensar que el hecho de que un chico o una chica afronten precozmente los cambios puberales no tiene porque suponer un problema: "así maduran antes". Sin embargo, la realidad es bien diferente, ya que existe una abundante evidencia empírica que muestra cómo los adolescentes que experimentan los cambios puberales antes que sus compañeros presentan más problemas emocionales y depresivos y también más desajustes comportamentales. Esta asociación es bastante más significativa en el caso de las chicas que en el de los chicos. Pero no sólo se ha asociado la pubertad precoz con desajustes emocionales y conductuales, sino también con diversos problemas de salud en la etapa adulta como baja estatura, trastornos metabólicos y cardiovasculares y diversos tipos de cáncer (mama, testículo).
No es fácil encontrar una explicación a por qué los adolescentes con pubertad precoz desarrollan más problemas de ajuste psicológico, pero es muy probable que la justificación tenga que ver con los cambios cerebrales que tienen lugar durante la adolescencia. Como ya hemos explicado en este blog ( ver aquí), los primeros años tras la pubertad suelen estar marcados por un claro desajuste entre la actividad del circuito cerebral que controla los impulsos (corteza prefrontal) y el que los pone en marcha (sistema mesolímbico de recompensa), ya que mientras que el primero se encuentra aún inmaduro el segundo muestra una hiperexcitación como consecuencia de los cambios hormonales propios de la pubertad. Cuando la pubertad se adelanta, por ejemplo a los 9 ó 10 años, la hiperactivación mesolímbica va a coincidir con una mayor inmadurez prefrontal que se verá impotente como para controlar la impulsividad de un adolescente hiperexcitado e impulsivo, ya que el desarrollo prefrontal no se ve acelerado por los cambios puberales precoces.
Todo esto nos lleva a pensar que la importante prevalencia de obesidad que presentan nuestros niños y niñas puede tener importantes consecuencias a nivel emocional y comportamental, ya que muchos de los impulsos y de las reacciones emocionales de estos menores obesos que llegan demasiado pronto a la pubertad no van a ser controlados por una corteza prefrontal aún muy inmadura, lo que puede predisponerles a padecer trastornos emocionales y depresivos y a implicarse en conductas de asunción de riesgos.
Ni que decir tiene que también tendrán dificultades para controlar sus impulsos relacionados con la alimentación, por lo que también mostrarán una elevada predisposición a sufrir trastornos de la alimentación tras la pubertad.http://
jueves, 12 de mayo de 2011
La influencia del entorno del barrio sobre el desarrollo adolescente
Como complemento a esos estudios centrados en las influencias negativas de los factores de riesgo, en los últimos años ha ido ganando peso la idea de que algunas características del barrio o comunidad pueden favorecer el desarrollo de niños y adolescentes. Así, en el marco del modelo de desarrollo positivo adolescente, algunos autores han propuesto el concepto de activos para el desarrollo (Developmental Assets) para hacer referencia a aquellos recursos presentes en el sujeto, en la familia, la escuela o la comunidad que resultan esenciales para la promoción del desarrollo positivo adolescente (Benson, Scales, Hamilton y Sesman, 2006).
Ya nos hemos referido en este mismo blog a la importancia de los activos familiares y escolares, pues bien, también algunos recursos del vecindario o barrio han mostrado su importancia sobre el desarrollo y la competencia de los chicos y chicas adolescentes. En un estudio que hemos llevado a cabo sobre una muestra de 2400 adolescentes pertenecientes a 20 centros educativos de Andalucía Occidental ha aportado una importante evidencia empírica acerca de la importancia de los activos situados en el barrio en que residen los adolescentes. Nuestros resultados indican relaciones significativas entre la competencia y el ajuste adolescente y algunas dimensiones comunitarias, como la seguridad del barrio o el control social que las personas adultas que residen en ese vecindario ejercen sobre el comportamiento transgresor de los adolescentes También se relevaron como un activos importantes el empoderamiento y la valoración positiva de la juventud por parte de los vecinos adultos, o el sentimiento de pertenencia o de vinculación con la comunidad o barrio en que se vive.
Pues bien este estudio nos ha permitido validar y baremar distintos instrumentos psicométricos, entre los que figura la Escala para la evaluación de los activos del barrio, formada por 22 items que se agrupan en cinco dimensiones o subescalas: empoderamiento, apego al barrio, seguridad, control social y actividades para jóvenes. Esta estructura mostró unos buenos índices de ajuste que sirvieron para confirmar su validez.
La validación de la escala va a aparecer publicada en Social Indicators Research (la publicación online puedes encontrarla aquí) y la versión castellana con sus baremos en Oliva et al (2011). Si estás interesado en la utilización de la escala, puedes solicitarla a oliva@us.es.
Oliva, A., Antolín, L. y López, A. (en prensa). Development and validation of a scale for the measurement of adolescents' developmental assets in the neighborhood. Social Indicators Research.
martes, 3 de mayo de 2011
Educando en grupo
Pero no tardará en llegar el momento en que tengamos que afrontar decisiones acerca de asuntos parentofiliales cotidianos sobre los que raramente existen recetas eficaces. Por ejemplo, a qué hora debemos permitir que regrese a casa nuestro hijo o hija por la noche los fines de semana. O cuándo estará preparado para asistir con sus amigos a un concierto o a la discoteca. ¿Podemos permitirle que vaya con su grupo de camping a pasar el fin de semana?
Muchas preguntas ante las que con frecuencia nos sentiremos desorientados, puesto que combinar la satisfacción de las nuevas necesidades que surgen a partir de la pubertad con medidas de control, de las que somos responsables, que garanticen su seguridad no es algo sencillo. Y es una pregunta que padres y madres hacen con frecuencia.
Resulta complicado dar una respuesta concreta, ya que habrá numerosos factores que deben ser tenidos en cuenta: la edad, el nivel de madurez, la confianza en el grupo, las costumbres locales, la época del año…etc. En esos casos, mi recomendación es siempre la misma, la de hablar con los padres y madres de algunos de los amigos o compañeros de nuestros hijos, y tratar de llegar a un acuerdo consensuado. El diálogo, la reflexión conjunta y el intercambio de puntos de vista, pueden ser de mucha ayuda para resolver dudas y llegar a tomar una decisión, que aunque nunca será la única posible, al menos estará basada en la opinión de varios padres y madres, cada uno de ellos aportando sus valores, sus conocimiento y su experiencia. Por otra parte, es muy probable que esa decisión que afecta a todo un grupo de amigos adolescentes sea aceptada de mejor grado por todos ellos. Al fin y al cabo, si todos han de volver a casa a las 2 de la madrugada, qué demonios va a hacer uno de ellos solo en la calle hasta las 3. Y mucho se va a aburrir yendo en solitario de camping.
Por lo tanto, mi sugerencia al respecto es clara: tratar de establecer contacto con los padres y madres de algunos de los amigos de nuestros hijos para, en los momentos en que lo consideremos conveniente, reunirnos con ellos para tomar un café, discutir largamente sobre estos asuntos, y tratar de llegar a un consenso que sea aceptado por todos. Yo lo hice, y creo que funcionó bien.
lunes, 11 de abril de 2011
La madre tigre: sobre el autoritarismo parental

domingo, 27 de marzo de 2011
Aprendiendo a controlar nuestras emociones y estados anímicos

Como comentamos en una entrada anterior la capacidad para regular la emociones y estados de ánimo es un buen factor de protección ante los trastornos depresivos. El asunto no tiene demasiado misterio: si eres capaz de comprender y regular tus emociones, y si sabes cómo cambiar tu estado de ánimo cuando está algo bajo, es más probable que tengas más sentimientos positivos y goces de una mayor satisfacción vital. En cambio, si rumias y piensas mucho sobre tus emociones, pero no sabes cómo manejarlas y cómo moverte con destreza en ese complicado laberinto sentimental, lo tendrás más difícil para disfrutar de la vida y serás más vulnerable a los trastornos depresivos. No todos tenemos la misma capacidad para comprender y regular nuestras emociones y estados anímicos y existen importantes diferencias individuales, aunque también de género. Estas diferencias entre personas tienen una base temperamental, pero también obedecen en parte a las experiencias infantiles en la relación con los padres. Los niños expresan sus necesidades mediante sus expresiones (ira, tristeza, alegría...), que son interpretadas por sus cuidadores. Y en función de cómo sean atendidas estas necesidades se establecerá un modelo de apego seguro o inseguro en esta relación parento-filial. Como han apuntado algunos autores es muy probable que el sistema infantil de apego evolucione a lo largo de la infancia y adolescencia hacia algo más complejo y de mayor alcance: un sistema de regulación de las emociones. Pero también hay datos que indican que esta inteligencia emocional puede entrenarse, y se pueden aprender técnicas para comprender y controlar nuestro mundo sentimental. Aquí van algunas sugerencias que pueden servir para regular o controlar el estado anímico cuando no es muy positivo.
Estrategias centradas en la situación
1 Acciones dirigidas al problema: ¿qué está causando mi mal humor y cómo puedo cambiarlo?
2 Hacer planes para evitar este problema en el futuro
3 Hablar con alguien, buscar consejo de un amigo o mentor
4 Alejarme de la situación
Estrategias centradas en el estado de ánimo
1 Hacer algo que me distraiga
2 Recompensarme a mí mismo haciendo algo divertido o agradable
3 Buscar compañía
4 Expresar la emoción, darle rienda suelta
5 Inhibir la expresión de la emoción, suprimirla
6 Hacer ejercicio, bailar o escuchar música
7 Ingerir sustancias naturales que mejoren mi estado de ánimo
Estrategias cognitivas que cambian la forma de pensar sobre la situación1 Cambiar la forma de ver la situación
2 Pensar en éxitos o cosas que vayan bien para poner la situación en perspectiva
3 Pensar en personas en situaciones peores que la tuya para comprobar que no te va tan mal
4 Usar la meditación o la relajación
5 Pensar que la adversidad te fortalecerá
6 Fantasear sobre un futuro mejor
7 Olvidar de forma activa, renunciar a pensar sobre sentimientos negativos.
lunes, 21 de marzo de 2011
Cuando se protege en exceso

Los hijos necesitan para cerecer felices del apoyo y afecto de sus madres y padres, de eso no hay ninguna duda, pero no es ese el único ingrediente de un buen estilo educativo parental. También es necesario exigir, poner límites, decir no....
Sin embargo, cada vez es más frecuente encontar padres excesivamente permisivos y sobreprotectores. Se trata de padres y madres que desde la primera infancia han creado un entorno totalmente libre de obstáculos y han tolerado la mayoría de los caprichos de sus hijos, bien porque creen que es importante evitarles las frustraciones, o bien porque les ha resultado más cómodo mantener esa actitud sobreprotectora. Este estilo puede llevar a los padres a pensar que han educado bien a sus hijos rescatándoles de todo tipo de situaciones complicadas y resolviéndoles sus problemas, y no han tenido en cuenta la importancia que tiene aprender de los propios errores, experimentar frustraciones, demorar la gratificación, etc.
Sin embargo, las consecuencias del estilo sobreprotector pueden ser bastante negativas, ya que estos chicos y chicas no han tenido la oportunidad de desarrollar una adecuada tolerancia a la frustración, y se mostrarán muy irritados en todas las situaciones en las que la realidad no se ajuste a sus deseos, ya que no han aprendido a encontrar un equilibrio entre sus propias necesidades y las de los demás. Tampoco se sentirán capaces de resolver por sí mismos los problemas y las situaciones complicadas que puedan presentárseles, por lo que se verán agobiados y necesitados del apoyo de otras personas para resolverlos. Son muchas las tareas que chicos y chicas tendrán que afrontar durante estos años, y sus padres no estarán siempre a su lado para ayudarles. Por lo que es esperable que estos hijos sobreprotegidos se muestren extremadamente vulnerables, inmaduros y caprichosos, y terminen tiranizando y controlando emocionalmente a sus padres.
Deja que resuelva sus propios problemas. ¿Vas a estar toda la vida sacándole las castañas del fuego?.
Deja que aprenda de sus errores. Equivocarse puede ser una magnífica oportunidad para madurar.
Deja que experimente algunas frustraciones. Poco a poco se irá haciendo más resistente y no se rendirá ante las situaciones difíciles.
Deja de permitirle que se salga siempre con la suya. No cedas a todos sus caprichos y exigencias.
miércoles, 23 de febrero de 2011
Legitimidad parental

Llego a la lectura de “El desajuste del mundo” de Amin Maalouf a través del blog de Roberto Colom (aquí). Sin ninguna duda se trata de un libro muy interesante, sobre todo por la lucidez con que el escritor de origen libanés analiza el mundo árabe y sus relaciones con occidente, algo que en los momentos actuales es muy de agradecer. Pero no voy a detenerme aquí en ese asunto, la referencia a esta obra es simplemente el agradecimiento a la idea que su lectura me ha sugerido: la legitimidad parental.
Para Maalouf la legitimidad “es lo que permite que los pueblos y las personas acepten, sin excesiva coerción, la autoridad de una institución encarnada en hombres y considerada portadora de valores compartidos”. Evidentemente se trata de un concepto amplio que puede aplicarse a realidades muy diversas: las relaciones entre los ciudadanos y sus dirigentes, entre los estudiantes y su profesor, o, lo que más me interesa, entre un hijo y sus padres. El intelectual libanés utiliza los ejemplos de Atatürk en Turquía, o de Nasser en Egipto para ejemplificar esta idea. Se trata de dirigentes que supieron ganarse el respeto e incluso el cariño de sus ciudadanos, que hubieran sido capaces de ir tras ellos hasta el fin del mundo. Otro caso más reciente sería el del Sudafricano Nelson Mandela. Aunque la legitimidad pueden otorgarla las urnas, no resulta necesario, como demuestran el caso de Nasser y el del Fidel Castro posrevolucionario.
Volviendo al asunto de la parentalidad, los psicólogos que nos dedicamos a estos temas solemos usar el término de padres democráticos para referirnos a aquellos padres y madres que utilizan un estilo educativo caracterizado por el apoyo, el afecto, la supervisión, la imposición de límites y la promoción de autonomía. El término estilo democrático es la traducción del anglosajón “authoritative style” , y tal vez no haya sido una traducción muy afortunada. Con frecuencia muchos padres hacen una interpretación muy literal del término que les lleva a situarse en una relación de igualdad de poder con sus hijos que puede desembocar en situaciones de clara permisividad, con ausencia del ejercicio de la autoridad parental. Sin embargo, la solución no está en el autoritarismo, que tiene unas consecuencias negativas más que demostradas para el desarrollo infantil y adolescente.
La legitimidad parental, en cambio, supondría un sano ejercicio del poder sin que hubiese demasiada resistencia por parte de niños y adolescentes. Cuando los padres consiguen esa legitimidad son más apreciados por sus hijos, su disciplina es más respetada, y sus consejos y valores son tenidos en cuenta. Cuando los hijos son pequeños no es difícil conseguir esa legitimidad, pero conservarla a partir de la adolescencia resulta más complicado, ya que tras la pubertad va a producirse cierta desidealización de las figuras materna y paterna como consecuencia de la mayor madurez psicológica del adolescente. Algo parecido ocurre en la relación entre educadores y alumnos.
No creo que existan recetas para conservar ese legimitidad, aunque se me ocurren algunas ideas, como tener cierta cintura y paciencia para llevar esos primeros momentos de la adolescencia, en los que suele aumentar la conflictividad parento-filial, sin que se produzca un excesivo distanciamento. O mostrar unos modelos de comportamientos parentales coherentes con lo que predicamos. O ser sensibles a sus nuevas necesidades, muy diferentes a las de años previos. O tratarlos de forma respetuosa, evitando insultos y descalificaciones recurrentes. Y, sobre todo, apoyándoles en esos momentos de incertidumbres que todo chico o chica ha de atravesar a lo largo de la adolescencia. No es una tarea sencilla, pero merece la pena.
martes, 8 de febrero de 2011
Valores para el Desarrollo Positivo Adolescente

El modelo de Desarrollo Positivo Adolescente en el que venimos trabajando desde hace algunos años incluye a los valores morales dentro de las competencias socioemocionales a promover por la escuela (ver aquí). Como los instrumentos estandarizados para la evaluación de esos valores no son tan abundantes como los que existen para comprobar si se han alcanzado objetivos académicos (matemáticas, lenguaje), decidimos desarrollar y validar una escala a tal fin. El modelo de desarrollo positivo construido a partir de la opinión de expertos fue el punto de partida, a lo que se añadió una exhaustiva revisión de los trabajos existentes sobre este tema.
Nuestra escala fue validada con un muestra de 2400 adolescentes seleccionados en centros de secundaria de Andalucía, y se compone de 24 items que se agrupan de ocho dimensiones:
Justicia e igualdad social (interés por la consecución de un mundo justo e igualitario socialmente)
Responsabilidad (importancia concebida a la responsabilidad personal y la asunción de los propios actos)
Integridad (relevancia otorgada a la actuación en base a principios morales propios)
Honestidad (valoración de sinceridad y la comunicación de la verdad)
Reconocimiento social (relevancia otorgada al ser reconocido y
admirado socialmente).
Es decir, se trata de valores que forman piezas clave para la promoción del Desarrollo Positivo Adolescente , así como de aquellos que podrían ser considerados como contravalores (hedonismo y reconocimiento social). Estas ocho dimensiones se agrupan a su vez en tres subescalas: valores sociales, valores personales y valores individualistas.
La escala acaba de ser publicada y puede ser utilizada por todo aquel que lo desee.
Antolín, L., Oliva, A., Pertegal, M. A. y López, A. (2011). Desarrollo y validación de una escala de valores para el desarrollo positivo adolescente. Psicothema, 23, 153-159. (ver aquí)
miércoles, 26 de enero de 2011
La jubilación a los 67 años

No voy a entrar en el debate acerca de si es necesario llevar a cabo dicho retraso, aunque cuando veo a algunos mocetones de cincuenta y pocos años, jubilados prematuramente, hacer pesas en el gimnasio, me entran algunas dudas razonables, tanto sobre dicha necesidad como sobre los beneficios para la salud de una larga vida laboral apuntados por Jesús Caldera. Como soy psicólogo y no economista, sólo voy a referirme a esos supuestos efectos saludables.
A primera vista, da la impresión de que la sorprendente afirmación del exministro se basa en teoría de la actividad, formulada por Havighurst y Albrecht en 1953, y que apoya la idea de que la realización de tareas y el desempeño de roles sociales e interpersonales conlleva una mejor adaptación a la vejez, que sería más saludable y satisfactoria. Y es que, a partir de un estudio llevado a cabo sobre una muestra de sujetos mayores de 65 años, estos investigadores concluyeron que las personas que realizaban más actividades mostraban más sentimientos de felicidad y satisfacción y estaban mejor adaptados a esta etapa. Otros estudios posteriores también han encontrado que la disminución de las actividades con la edad va acompañada de un descenso en la satisfacción vital. Por ello, de acuerdo con esta teoría, un estilo de vida activo y lleno de roles -entre ellos el laboral- mantendría a la persona mayor más adaptada y sana, por lo que la jubilación podría tener unos efectos negativos sobre la salud y el bienestar de la persona retirada.
¿Qué les parece? Ni que el actual ministro de trabajo hubiese encargado los estudios ¿verdad? Sin embargo, tampoco faltan los estudios que encuentran resultados diferentes, como el realizado en Estados Unidos por Cumming y Henry (1961) sobre 275 personas , y que les llevó a formular la teoría de la desvinculación. De acuerdo con esta teoría, la adaptación al envejecimiento requeriría de una desvinculación progresiva de los roles desempeñados a lo largo de su vida, de las relaciones sociales sostenidas o de las actividades realizadas. Por lo tanto, el factor que determinaría el bienestar en la vejez sería la desvinculación del contexto social. A la luz de esta teoría, la jubilación contribuiría a un mejor envejecimiento, ya que supone el abandono del rol y el ejercicio profesional.
Aunque las dos teorías anteriores pueden parecer contradictorias a primera vista, en realidad son más bien complementarias. Si bien la implicación en actividades puede resultar beneficiosa para la persona mayor, también es cierto que no todas las actividades resultan igual de favorables. Así, aquellas que resultan motivantes para el sujeto, que son informales, que generan escaso estrés y que se realizan en compañía de otras personas son las que realmente benefician más a quien las realiza. Por lo tanto, aunque la persona esté jubilada, si mantiene una importante implicación en actividades de ocio podrá tener una buena adaptación a la retirada de la vida profesional y a la vejez. Lo contrario podría decirse se actividades que resulten estresantes y poco motivantes, como son una gran parte de las actividades profesionales que desarrollan muchas personas.
No me sorprende que la mayoría de estudios encuentren que tras la jubilación las personas mantengan o incluso incrementen sus niveles de salud y bienestar. Y es que la imagen del jubilado aburrido e inactivo ya forma parte del pasado, pues hoy nuestros mayores se implican en un importante número de actividades de ocio que hacen que se mantengan saludables y felices. Por lo tanto, podríamos decirle a nuestros gobernantes: “No lo hagáis por entretenernos y mantener activos. Ya nos buscaremos algo”.

domingo, 23 de enero de 2011
La crisis como momento decisivo para algunos jóvenes

Adivino un expresión de sorpresa e incredulidad en algunos lectores, pero así fue. Y es que aunque pueda resultar paradójico, la estancia en el ejército apartó a estos jóvenes de un contexto familiar y social muy desfavorecido y con una gran escasez de oportunidades y recursos. En cambio, les permitió aplazar algunas decisiones importantes, como la de formar una familia, y les abrió la puerta a nuevas oportunidades, como la de adquirir una formación profesional que les resultó de gran utilidad cuando más adelante se incorporaron al mundo civil. En definitiva, esta experiencia tuvo unos efectos muy positivos para la vida de estos adultos que supieron hacer un regate al destino privaciones que les esperaba.
Este concepto de “turning point” puede aplicarse a distintas situaciones, y no siempre el cambio de trayectoria vital es para mejor, como describo a continuación.
En nuestro país la transición entre el siglo XX y el XXI se caracterizó por una cierta bonanza económica y por una gran demanda de mano de obra en algunos sectores, como la construcción. No resultó extraño que muchos jóvenes abandonasen sus estudios prematuramente atraídos por el “canto de sirenas” que suponía disponer a final de mes de un buen sueldo con el que mejorar sustancialmente su nivel de vida. Sin embargo, tras algunos años de buen vivir, estos jóvenes con escasa formación vieron como su vida cambiaba drásticamente cuando perdieron sus empleos a causa de la crisis económica que afectó fuertemente a la construcción. Sin empleo y sin formación, a estos adultos jóvenes no les aguarda un futuro muy prometedor, pues su prematuro abandono de los estudios les coloca en una posición de extrema vulnerabilidad para acceder a un mercado de trabajo en horas muy bajas. No obstante, espero ser un mal profeta, y que mi vaticinio sea tan inexacto como las predicciones de Nostradamus.