No, no es una declaración personal. Es el título de un libro de Ritch Savin-Williams, uno de los mayores expertos en el estudio de la construcción de la identidad homosexual, basado en muchos testimonios de adolescentes acerca de sus experiencias a la hora de asumir su orientación homosexual. La entrada viene a cuento porque a raíz de la anterior, dedicada a las familias homoparentales, algunos comentarios han hecho referencia al estigma que muchos de esos niños y niñas tendrán que vivir, sobre todo durante la adolescencia. Este rechazo por parte de los iguales también suele darse hacia chicos gays y chicas lesbianas.
Es evidente que la sociedad actual es mucho menos homófoba que la de hace 20 ó 30 años, y que hoy día es mucho más fácil “salir del armario” que entonces. Sin embargo, nos equivocaríamos si pensáramos que la asunción de una orientación homosexual por parte de chicos o chicas adolescentes es un proceso libre de problemas. En la actualidad la mayoría de adolescentes que empiezan a tomar conciencia de que son “diferentes” sufren bastante durante este proceso. Las razones de este sufrimiento emocional son variadas pero podríamos mencionar algunas.
El primer motivo es la homofobia que existe en nuestra sociedad, que hace que estos adolescentes sientan el desprecio y rechazo de amigos y familiares en sus propias carnes. Y es que, a diferencia de otros prejuicios, la homofobia está dirigida hacia una minoría invisible, lo que hace con que frecuencia chistes o comentarios despectivos sean proferidos en presencia de personas cuya orientación sexual se desconoce, pero que pueden ser gays o lesbianas. Cuando se trata de adolescentes que aún están construyendo su identidad personal, y que pueden tener muchas dudas e inseguridades, estas burlas suelen hacer mucho daño.
Además, la definición de una orientación homosexual suele ser algo inesperado que coge por sorpresa al adolescente, ya que lo usual es que el chico espere enamorarse o sentirse atraído por una chica y viceversa -ni cuentos ni películas infantiles muestran personajes que sean gays o lesbianas-; cuando esas expectativas no se cumplen, la perplejidad y el desconcierto están asegurados. Es cierto que la atracción hacia personas del mismo sexo es relativamente frecuente en la adolescencia temprana, y que en bastantes casos será una fase pasajera que desembocará en una heterosexualidad más o menos definida; sin embargo, otros adolescentes empezarán a preocuparse cuando noten que esos deseos no sólo no desaparecen sino que se intensifican.
Es evidente que la sociedad actual es mucho menos homófoba que la de hace 20 ó 30 años, y que hoy día es mucho más fácil “salir del armario” que entonces. Sin embargo, nos equivocaríamos si pensáramos que la asunción de una orientación homosexual por parte de chicos o chicas adolescentes es un proceso libre de problemas. En la actualidad la mayoría de adolescentes que empiezan a tomar conciencia de que son “diferentes” sufren bastante durante este proceso. Las razones de este sufrimiento emocional son variadas pero podríamos mencionar algunas.
El primer motivo es la homofobia que existe en nuestra sociedad, que hace que estos adolescentes sientan el desprecio y rechazo de amigos y familiares en sus propias carnes. Y es que, a diferencia de otros prejuicios, la homofobia está dirigida hacia una minoría invisible, lo que hace con que frecuencia chistes o comentarios despectivos sean proferidos en presencia de personas cuya orientación sexual se desconoce, pero que pueden ser gays o lesbianas. Cuando se trata de adolescentes que aún están construyendo su identidad personal, y que pueden tener muchas dudas e inseguridades, estas burlas suelen hacer mucho daño.
Además, la definición de una orientación homosexual suele ser algo inesperado que coge por sorpresa al adolescente, ya que lo usual es que el chico espere enamorarse o sentirse atraído por una chica y viceversa -ni cuentos ni películas infantiles muestran personajes que sean gays o lesbianas-; cuando esas expectativas no se cumplen, la perplejidad y el desconcierto están asegurados. Es cierto que la atracción hacia personas del mismo sexo es relativamente frecuente en la adolescencia temprana, y que en bastantes casos será una fase pasajera que desembocará en una heterosexualidad más o menos definida; sin embargo, otros adolescentes empezarán a preocuparse cuando noten que esos deseos no sólo no desaparecen sino que se intensifican.
En esos casos, estos chicos o chicas van a carecer de modelos de comportamiento que seguir. Qué hará un adolescente de 16 años que se siente atraído por un compañero. ¿ qué hacer, cómo actuar, qué decir? La falta de referentes es mucho mayor que en el caso de sujetos heterosexuales, aunque afortunadamente cada vez es mayor el número de películas, series y novelas que tocan este tema de forma abierta y desprejuiciada, y ofrecen modelos a imitar. No obstante, cuando se trata de productos para niños se mantiene el tabú: nos sorprendería mucho que Harry Potter o Manolito el Gafotas besaran a otro chico.
Quiero terminar esta entrada refiriéndome a algunos factores que pueden contribuir a normalizar este proceso y a evitar el sufrimiento de muchos adolescentes. Sin ninguna duda, lo más importante es combatir la homofobia en todos los contextos en los que se manifiesta, en la familia, en la escuela y en los medios de comunicación. Ofrecer modelos públicos también contribuiría favorablemente; en este sentido, no sólo los personajes de ficción, sino también el modelo que ofrecen algunas figuras públicas que han reconocido públicamente su condición de homosexual constituyen un ejemplo para muchos jóvenes de que se puede ser una persona valiosa y respetada siendo gay o lesbiana. Aunque se trata de un tema controvertido, y por supuesto una opción totalmente personal, creo que cuando un actor, un político, un escritor, un científico o un músico aparecen en la portada de Zero, contribuyen con su valiente gesto a esa normalización. ¿Para cuándo un futbolista saliendo del armario?
Hubo una vez alguien que dijo en un foro algo si como :
ResponderEliminarQué problema tienen los "machotes"
con los homosexuales, porque de esta forma no les quitaran ninguna chica.
Que hay si hicieramos una lectura evolucionista de la homofobia.
No entiendo por qué se elicitan las emociones negativas en un heterosexual de desprecio, asco, creencias de contaminacion, disgusto (con su connotacion moral)hacia un homosexual, porque el homosexual no tendria que verse como un competidor sexual.
Por otra parte, la homosexualidad no tiene porque considerarse una disfuncion biologica.
De entrada se mantiene en el acervo genetico el posible "gen" gay, o el endofenotipo que marca la orientacion sexual de atraccion hacia personas del mismo sexo, luego es tan natural como cualquier otra orientacion sexual.
Jesse Bering es un psicologo evolucionista en un enclave academico dominado por la idea de que la homosexualidad es un misterio evolutivo, o una anomalia, y dice esto sobre ser gay y mostrando una gran ironia sobre las propuestas evolucionistas que se han dado para explicar la aparicion de la homosexualidad.
Un saludo.
Interesante el artículo de Bering, aunque esa relación entre longitud del dedo índice e intensidad de la preferencia por el coito anal resulta algo forzada y anecdótica.
ResponderEliminarUna teoría que me parece muy interesante para explicar la orientación sexual es la de Daryl J. Bem: http://dbem.ws/Biological%20Correlates.pdf
Es realmente interaccionista (genes-ambiente), y explica tanto la homo como la heterosexualidad.
Creo que Ambrosio García Leal, en "La conjura de los machos" recogía también varias justificaciones evolucionistas de la homosexualidad.
La sociedad es cada vez más igualitaria en los roles de género, hay campañas institucionales en favor de un trato equivalente a niños y niñas, se crean Ministerios, Direcciones y Subdirecciones de Igualdad... Y, sin embargo, a niños y niñas les sigue gustando jugar a juegos y con juguetes bien diferentes.
ResponderEliminar¿No pasará igual con la homosexualidad? ¿No sería posible que reducciones de la homofobia en los adultos no se tradujeran en un cambio igual entre adolescentes?
Creo que son cosas distintas. La mayoría de niños prefieren juegos de mayor nivel de actividad, y las niñas juegos más tranquilos. Hoy sabemos que las causas no son sólo culturales, y hay factores genéticos implicados.
ResponderEliminarEn el caso del rechazo al homosexual, creo que se trata más bien de un prejuicio cultural que debemos combatir por motivos de tipo moral; incluso si ese rechazo a lo diferente tuviese influencias genéticas -cosa que dudo- tendríamos que poner todo nuestro empeño en combatirlo por injusto e inmoral.
Alfredo.
ResponderEliminarPor si le interesa, hay varios comentarios dirigidos a usted en la nave de SG.
Gracias, ya lo hes leído. Yo también dejé varios comentarios allí.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada y me has convencido
ResponderEliminar;(
ResponderEliminar