martes, 24 de febrero de 2009

El paro en educación y la vergüenza sindical


Siempre sentí un claro orgullo del pasado sindicalista de mi padre. Está claro que eran otros tiempos, y que ser delegado sindical del metal en CCOO durante los últimos años del franquismo y la transición no resultaba tan cómodo como serlo ahora. Eran años complicados, en los que la sindicación suponía un compromiso real que acarreaba incomodidades y riesgos. El esfuerzo de muchos trabajadores como mi padre llevó a que los sindicatos fuesen organizaciones valoradas y respetadas por la ciudadanía; sin embargo, creo que el crédito acumulado durante décadas se está acabando.

Y escribo esto porque no acabo de entender el paro que esta misma mañana han llevado a cabo algunos profesionales de la educación no universitaria de la Comunidad Autónoma Andaluza. Aunque en el paquete de reclamaciones se incluyen varias muy loables, a nadie se escapa que la protesta se dirige contra el decreto que regula el calendario escolar y que propone el adelanto en una semana del periodo lectivo en Primaria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de régimen especial. Algunos de los sindicatos convocantes lo explicitan muy claramente, y señalan que el adelanto del periodo lectivo –ese es el problema- lo único que logrará será impedir una adecuada preparación del desarrollo del curso, por lo que irá en detrimento de la calidad de la enseñanza.

Pues no consigo salir de mi asombro: el país en plena crisis con pérdidas de puestos de trabajo que afectan a muchas familias que atraviesan situaciones desesperadas, y los sindicatos protestando porque sus afiliados no quieren comenzar las clases una semana antes. Lo dicho, el crédito se ha acabado, y la cuenta de los sindicatos pronto estará en números rojos.

5 comentarios:

  1. Convendría también aclarar que el adelanto no supondría una disminución del periodo de vacaciones del profesorado. Las vacaciones estivales continuarían siendo de dos meses, pero en lugar de estar 15 días preparando el curso, tendrían una semana para ello. En fin, para alucinar.

    Un saludo y gracias por exponer de forma tan clara lo que muchos padres pensamos.

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  2. Hola;

    Hay que tener en cuenta que una semana menos para preparar el curso supone que hay que hacer en ese tiempo lo que ya se hacía en el doble, y por los pelos, que planificar un curso no es ninguna tontería. Es decir, que o esa semana duplican su jornada (sin cobrar) o planifican el curso durante sus vacaciones. A mi sí me parece algo a tener en cuenta.

    Un saludo,

    DeFormador.

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  3. Pues supongo que de eso se trata, de preparar en una semana lo que antes de hacía en dos. No creo que ese sea el mayor problema del sistema educativo, aunque entiendo que en algunas situaciones los 15 días pueden resultar necesarios.


    Un saludo

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  4. Telita, telita...
    Con el tiempo tendríamos que evolucionar hacia una gestión por objetivos también en el sistema educativo y otros cuerpos de la administración. Y con ellos impulsar al sistema hacia una mayor eficiencia, como ocurre en el ámbito empresarial. Estoy convencido que para la mayor parte de los docentes una semana podría ser suficiente...

    Mi padre también era sindicalista y yo también tengo crecientes dificultades para entender la posición de los sindicatos en muchas ocasiones :)

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  5. Uxío,creo que lo que comentas sería bastante difícil de implantar. Todos los intentos habidos hasta la fecha de iniciativas ligeramente semejantes han chocado contra el inmovilismo del profesorado. Pero no hay que perder la esperanza.

    Un saludo

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