Parece que el manifiesto “No es verdad” sigue su curso, y esta misma semana se vestirá de largo. Así, el próximo sábado 23 de mayo saldrá publicado en El País, y el jueves 28 de presentará en Madrid (Salón de Actos de CCOO, c/ Lope de Vega, 40) en un acto que contará con la presencia de Francesco Tonucci. La presentación en Sevilla tendrá lugar el día 1 de junio en el salón de actos de la flamante nueva Facultad de Derecho.
El manifiesto trata de rebatir la idea, muy extendida, de que la escuela española se está deteriorando a pasos agigantados. Opinión que ni es nueva ni exclusiva de nuestro país.
En él se recogen muchas ideas interesantes, como que no es verdad que la escuela no funcione como debiera debido a la introducción de innovaciones metodológicas, ya que, muy al contrario, la escuela sigue anclada en métodos y contenidos del pasado: transmisión directa de contenidos inconexos, desfasados e irrelevantes, aprendizaje mecánico y repetitivo, evaluación selectiva y sancionadora, etc. También argumenta en contra de que los alumnos de ahora sean peores que los de antes; o que hayan bajado los niveles de exigencia, ya que, muy al contrario, los contenidos tienden a aumentar de un año al siguiente.
En fin, un documento interesante que ha abierto un duro debate en los ámbitos educativos de nuestro país. En una entrada anterior nos hemos referido al manifiesto (ver aquí).
El manifiesto trata de rebatir la idea, muy extendida, de que la escuela española se está deteriorando a pasos agigantados. Opinión que ni es nueva ni exclusiva de nuestro país.
En él se recogen muchas ideas interesantes, como que no es verdad que la escuela no funcione como debiera debido a la introducción de innovaciones metodológicas, ya que, muy al contrario, la escuela sigue anclada en métodos y contenidos del pasado: transmisión directa de contenidos inconexos, desfasados e irrelevantes, aprendizaje mecánico y repetitivo, evaluación selectiva y sancionadora, etc. También argumenta en contra de que los alumnos de ahora sean peores que los de antes; o que hayan bajado los niveles de exigencia, ya que, muy al contrario, los contenidos tienden a aumentar de un año al siguiente.
En fin, un documento interesante que ha abierto un duro debate en los ámbitos educativos de nuestro país. En una entrada anterior nos hemos referido al manifiesto (ver aquí).
En él se recogen muchas ideas interesantes, como que no es verdad que la escuela no funcione como debiera debido a la introducción de innovaciones metodológicas, ya que, muy al contrario, la escuela sigue anclada en métodos y contenidos del pasado: transmisión directa de contenidos inconexos, desfasados e irrelevantes, aprendizaje mecánico y repetitivo, evaluación selectiva y sancionadora, etc.Pues que este Manifiesto se celebre en la Facultad de Derecho es un OXÍMORON, por no decir surrealista. Sinceramente, y desde mi experiencia, dudo que haya peor profesor que uno de Derecho, o con menos capacidad para el traspaso de conocimiento.
ResponderEliminarSi es por surrealismo que resuciten a los hermanos Marx, o a Dalí.
Saludos.
KC, es probable que tengas razón, pero la facultad de Sevilla está recién estrenada y tiene un estupendo salón de actos.
ResponderEliminarSaludos
Si es como dices, KC, probablemente sea un buen lugar para la presentación ¿no te parece?
ResponderEliminar-M.
También es verdad, anónimo, aunque si es por hacer una obra de teatro hay lugares más apropiados al efecto. Con su platea y su telón.
ResponderEliminarEso sí, que no dejen la didáctica en manos de los juristas, pues no son ni mucho menos un ejemplo a seguir -generalmente-.
Saludos.
Hoy mismo, en la tele, hablaban de las dificultades de comprensión de los estudiantes. Achacaban ésta a que los alumnos ya no están acostumbrados a prestar atención a una persona que les explica algo, pues se mueven mejor en el ámbito de hacer cosas, de las "actividades". Parece que eso se ha traducido en un rendimiento inferior en los exámenes, lo que tiene descontento al personal. Pero como eso iría contra lo que se tiene por cierto (a saber, que se aprende más sin tanta explicación y con más constructivismo), ya se les va ocurriendo cambiar el tipo de exámenes y recurrir a uno más dinámico.
ResponderEliminarEs como si el tipo que repara el aire acondicionado, ante las quejas de los usuarios de que hace calor y el termómetro marca 40 grados en la habitación, decidiera pegarle un martillazo al termómetro y escribir a boli encima "22 grados". A partir de ahí, cuando alguien se quejara, bastaría con señalar el termómetro: "¿Cómo que calor? ¡Si estamos a un temperatura óptima!".
Yo no sé qué pasará cuando tengamos malos profesionales en según qué titulaciones, pero sí imagino lo que pasará cuando apenas produzcamos tecnológos e ingenieros cualificados y competitivos.