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lunes, 15 de junio de 2015

Redes sociales y bienestar psicológico




Arrastran mala prensa las redes sociales y suelen ser vistas con cautela por padres y adultos en general, tal vez porque nuestra generación creció inmersa en los contactos cara a cara más que en los virtuales. Tendemos a desconfiar de las nuevas tecnologías porque cambian los estilos de vida a los que estamos acostumbrados, sobre todo cuando son usadas por la nuevas generaciones. Y es que todo lo joven levanta sospechas. Por otra parte, los primeros estudios que se llevaron a cabo, a finales de los 90 y a principios de siglo, para analizar los efectos del uso de Internet encontraron que un uso intensivo estaba relacionado con soledad, depresión y aislamiento social. Se trataba de investigaciones muy elementales que no entraban a distinguir entre los tipos de uso, y los motivos o actividades realizadas en la red, y trataban la navegación por Internet como una singladura fija y dirigida a un mismo puerto. Así, la evidencia empírica parecía confirmar el estereotipo dominante: quienes navegaban con frecuencia por la red no eran sino jóvenes frikis y asociales.

Sin embargo, los estudios más recientes muestran un panorama bien diferente. Cuando se analiza la participación en las redes sociales, tales como Facebook o MySpace, por lo general se encuentran resultados positivos en jóvenes y adolescentes: una mayor autoestima, un mayor bienestar psicológico y un  mayor apoyo social. Y es que los adolescentes que más participan en estas redes suelen experimentar más interacciones positivas y tener más amistades.

Pero ¿a qué se debe este cambio en lo que nos indican los estudios? ¿Por qué lo que hace años parecía ser un factor de riesgo ahora se convierte en un recurso o activo que favorece el desarrollo de chicos y chicas? Como comentaron Valkenburg y Peter (2009), puede que dos cambios en el uso de Internet nos ayude a entender esta aparente paradoja. Por un parte, cuando se llevaron a cabo los estudios pioneros era difícil mantener contactos virtuales con las amistades ya existentes, ya que pocas de ellas ya estaban online. Las aplicaciones existentes en Internet se limitaban a chat rooms o foros que estaban pensados para facilitar las interacciones con extraños. Era inusual departir con conocidos. En la actualidad la situación es bien diferente puesto que tanto amigos como familiares suelen estar conectados. Los adolescentes no suelen unirse a Facebook para interactuar con extraños sino porque sus amigos ya son miembros y los invitan a participar.

Por otra parte, estas nuevas aplicaciones están diseñadas para facilitar la interacción y comunicación a través de redes, mientras que anteriores usos de internet se centraban en un proceso individual de presentación o búsqueda de información en el que la interacción con otros era poco frecuente. No trataban de crear o mantener redes sociales como hacen las aplicaciones más usadas hoy día, que según un estudio reciente realizado en EEUU son Twitter, Instagram y, sobre todo, Facebook, que está dejando atrás a sus rivales, tanto en adultos como en adolescentes.


Resumiendo, lo que indican los datos disponibles es que aunque tanto Internet como las redes sociales puedan tener algunos riesgos asociados a su uso, no es posible mantener el estigma que han arrastrado a lo largo de la última década. Los beneficios parecen superar claramente a los riesgos.

miércoles, 3 de abril de 2013

Facebook y el ajuste social



Cada vez es mayor la cantidad de tiempo que jóvenes y adolescentes dedican  a Facebook y a otras redes sociales surgidas en internet. No es extraño que exista una lógica preocupación social sobre las consecuencias que este uso  pudiera tener sobre el ajuste psicológico de sus usuarios. Una nueva versión del miedo que siempre han suscitado las nuevas tecnologías, desde el invento de la imprenta. Lo nuevo  suscita sospechas, y a veces incluso es  considerado diabólico.

A primera vista podría parecer que el uso intensivo de esta nueva herramienta conllevara algunos problemas  tales como adicción, disminución del rendimiento académico o aislamiento y dificultades relacionales. Sin embargo, la realidad es algo más compleja que una simple relación directa entre el tiempo dedicado a Facebook y el ajuste psicológico, como ha revelado un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la universidad de Wisconsin-Madison.

En este estudio realizado sobre estudiantes de dicha universidad se analizaron tanto las actividades llevadas a cabo en Facebook y los motivos para usarlo como  la relación que estas actividades y motivos tenían con el ajuste social de estos jóvenes universitarios.Los motivos que llevaban a los participantes en el estudio a usar Facebook eran fundamentalmente de dos tipos. Por una parte conocer potenciales amistades en la red que les permitiese el establecimiento de nuevas relaciones. Por otra, el mantenimiento de las ya existentes, ya que este medio les permitía un contacto cómodo con sus amistades, que en muchos casos residían en otras ciudades. Otros motivos, tales como aumentar el prestigio (mostrar que eran tipos enrrollados), o entretenerse, fueron excusas poco frecuentes.

En cuanto al tipo de actividades más frecuentemente realizadas en la red fueron sobre todo las interacciones electrónicas, como comentar en los muros de otra gente, o en sus fotos, chatear o realizar comentarios en la propia página. Otras actividades podrían etiquetarse como voyeuristas: mirar los muros, comentarios, perfiles o fotos de otros usuarios pero sin dejar ningún tipo de mensaje o comentario. Menos frecuentes fueron los juegos on-line o las auto-presentaciones (revelar actitudes personales, intereses o amistades en la página o muro propio).

Por lo que se refiere a la relación con el ajuste social, tal como habían hipotetizado los investigadores, no fue el tiempo de uso dedicado a Facebook lo que se asoció con el mejor o peor ajuste, sino los motivos y actividades. Así, la motivación de mantener y cuidar las amistades ya existentes se vinculó de forma positiva a unas mejores relaciones sociales y a menos sentimientos de soledad. Por lo tanto parece que existe cierta continuidad entre las relaciones dentro y fuera de la red, y que esa división on-off tiene poco sentido a la luz de estos datos.  En cambio, cuando la principal motivación fue la de conseguir establecer nuevas amistades, la relación tuvo el sentido contrario. Siendo más frecuente esta motivación entre chicos y chicas más solitarios y con más necesidades relacionales. Aunque bien podríamos pensar que el relativo anonimato que ofrece Facebook puede facilitar en esos sujetos el establecimiento de una red social, aunque solo virtual.

También el tipo de actividad se relacionó con el ajuste social, siendo las interacciones electrónicas más frecuentes en los sujetos con mejores competencias sociales, mientras que los sujetos con peor ajuste social y mayores sentimientos de soledad se mostraron más tendentes a actividades de auto-presentación o de actualización de su estado en Facebook.

Por lo tanto, estos resultados sugieren que diferentes actividades en Facebook tienen diferentes implicaciones de cara al ajuste social y bienestar de los universitarios, y que a la hora de estudiar los efectos del uso de redes sociales en internet, debe tenerse en cuenta el tipo de actividad más que el tiempo de dedicación.

YYang, C. C. & Brown, B. B. (2013). Motives for using Facebook, patterns of Facebook activities, and Late adolescents' social adjustment to College. Journal of Youth and Adolescence, 42, 403-416.