martes, 30 de noviembre de 2010

Aclaraciones sobre las supuestas actividades homófobas llevadas a cabo en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla


Internet es una inagotable fuente de información, y también de bulos y falsas informaciones. En el post anterior hice referencia a la entrada de mi universidad en la lista negra de universidades españolas que promueven actividades pseudocientíficas. Aunque en este caso la acusación era algo más grave, ya que las supuestas actividades organizadas en mi facultad tenían un claro componente homófobo.

El hecho de que la mayor parte del profesorado de la Facultad de Psicología de Sevilla hayamos mostrado a lo largo del tiempo una actitud clara de defensa de la diversidad sexual hace que las acusaciones de homofobía dirigidas a nuestro compañero y decano, y por extensión a todo nuestro centro, resulten especialmente injuriosas, y precisen de una aclaración.

A continuación reproduzco el texto redactado por Antonio Aguilera, decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla.

DECLARACIÓN DEL DECANO DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA, ANTONIO AGUILERA JIMENEZ, SOBRE EL VÍDEO DIFUNDIDO EN YOUTUBE CON EL TÍTULO “SANAR LA HOMOSEXUALIDAD”.

El pasado 18 de noviembre se celebró, en el Aula de Grados, una conferencia con el título: “Razones para la esperanza: movimientos de liberación de los empobrecidos”. Se trataba de la cuarta conferencia de un ciclo que bajo la denominación de “XXII Jornadas con los Pobres de la Tierra” organiza el Movimiento Cultural Cristiano en colaboración con el Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS).
Una vez iniciada la conferencia, accede al Aula de Grados un grupo de personas que dijeron pertenecer al colectivo LGTB afirmando que se sentía ofendido porque una de las entidades organizadoras del acto distribuía un libro denominado “Comprender y Sanar la Homosexualidad” . Yo me encontraba como público en esa conferencia y, dada mi condición de decano, me vi obligado a invitarles a abandonar la sala para que pudiera continuar el acto. Una vez en el exterior tuve un intercambio verbal con los miembros del colectivo LGTB que fue grabado por estos y del que se seleccionaron ciertas escenas para ser editadas y colocadas en Internet. El contenido de este vídeo ha suscitado una viva polémica que me obliga a puntualizar los siguientes hechos:
En cuanto a la conferencia celebrada:
a) El contenido de la conferencia citada no tenía absolutamente nada que ver con la homosexualidad, refiriéndose su contenido a la descripción de diversas experiencias relacionadas con intervenciones empoderadoras de movimientos de liberación de países empobrecidos.
b) Que ni yo ni la Facultad de Psicología tenemos ninguna responsabilidad en la organización de los actos correspondientes a la “XXII Semana con los Pobres de la Tierra”. Estos han sido organizados por el SARUS y el Movimiento Cultual Cristiano. Así consta en la cartelería difundida para la convocatoria de los mismos.
c) Como todos sabemos, la gestión de los espacios comunes corresponden cada año a una de las facultades que compartimos el edificio, y durante todo 2010 es la Facultad de Filosofía la responsable de la gestión de dichos espacios comunes.
d) Que toda la cartelería anunciadora del acto corrió a cargo de los organizadores, limitándose este decanato a anunciarla, a petición de los mismos, en las dos pantallas de TV de las que disponemos en el hall de entrada y sobre la puerta de la sala de estudio de la biblioteca.
e) Cada una de las cuatro conferencias de las jornadas se han celebrado en otras tantas sedes universitarias sobre las que este decanato tampoco tiene potestad.
En cuanto al vídeo:
En el vídeo colgado en Internet se recoge un diálogo en el que participo y del que se deduce mi supuesta homofobia a partir de lo que en ese diálogo afirmo, en particular en mis alusiones a la DSM-V y a la necesidad de que el terapeuta tenga en cuenta la petición de su cliente sin prejuzgar que la única intervención posible sea la de ayudarle a asumir su supuesta homosexualidad.
En cuanto al contenido de mis palabras, tal como se presentan en el video, puedo entender que se pueden interpretar de manera ofensiva, lo cual estaba lejos de mi intención y lamento profundamente que así haya ocurrido.
No obstante, en aras de aclarar mi posición personal, la idea que quise transmitir no es contraria a mi posición abierta y de respeto en relación con toda condición de diversidad humana, incluyendo las relacionadas con su sexualidad. Es conocido que mi posición personal y profesional siempre ha sido la de asumir el coste que la defensa de estas posiciones ha conllevado.
Más allá de estas circunstancias quiero expresar mi rechazo a la manipulación irresponsable de la que está siendo objeto la comunidad universitaria a la que represento, puntualizando lo siguiente:
a) Desde que tengo responsabilidades en la gestión de la Facultad de Psicología, he contribuido en la medida de mis posibilidades, a que este centro sea un espacio donde todos los grupos sociales puedan encontrar un lugar para el debate y para la difusión rigurosa de actividades relacionadas con la promoción de valores democráticos.
b) En la medida en que me ha correspondido, he evitado posiciones sectarias y dogmáticas en cualquier asunto relacionado con el bienestar humano. Para este fin he encontrado en la libertad de expresión y en la confianza y responsabilidad de los colegas, estudiantes e interlocutores sociales, el mejor aliado para que esta facultad se convierta en un centro abierto a la diversidad humana.
c) Respecto al libro objeto de la polémica, esta facultad no ha tenido constancia de su difusión en sus dependencias ni tiene responsabilidad alguna en sus contenidos. En cualquier caso lamentaría y rechazaría que, abusando de la confianza, cualquier grupo pueda difundir o haya difundido contenidos de carácter discriminatorio, incluida la homofobia.
d) Es un orgullo personal y científico haber contribuido en la medida de mis responsabilidades a fortalecer la presencia de la Facultad de Psicología a través de sus grupos de investigación, sus proyectos docentes y sus espacios para la participación de la comunidad universitaria, en la defensa de la diversidad humana. De hecho, nuestra facultad es hoy conocida por su liderazgo en el análisis científico comprometido con el respeto a los derechos de todas las personas con independencia de sus características diferenciales.
e) Es mi obligación defender a la comunidad universitaria a la que represento de ataques irresponsables que transmiten a la sociedad una imagen distorsionada de esta comunidad científica, lo que nos debilita como tal pero, sobre todo, debilita a la misma sociedad. Esto es especialmente grave cuando estos ataques provienen de colectivos que enarbolan la bandera de la igualdad, la tolerancia y la defensa de los desfavorecidos.
f) Por último, invito a toda la comunidad científica y a los colectivos sociales implicados a debatir y divulgar la tarea que estamos realizando en defensa de la diversidad humana y, en concreto, de la diversidad sexual humana, en un foro abierto que me comprometo a promover en un futuro inmediato.
Sevilla a 29 de noviembre de 2010


Fdo.: Antonio Aguilera Jiménez
Decano de la Facultad de Psicología
UNIVERSIDAD DE SEVILLA

sábado, 27 de noviembre de 2010

¿Curar la homosexualidad?


Ya estamos en la lista. Me refiero a la Universidad de Sevilla y la lista de universidades españolas que imparten cursos o actividades relacionados con las pseudociencias como la astrología, el espiritismo o la homeopatía. http://listadelaverguenza.blogspot.com/.

El motivo que no has llevado a obtener tan preciado galardón es la distribución en la Facultad de Psicología del "libro" de Richard Cohen, un personaje bastante freaky que lleva años divulgando su terapia encaminada a devolver a los individuos homosexuales a la sagrada senda de la heterosexualidad.

Es bien sabido que la homosexualidad fue retirada del DSM-IV en 1973 y dejó de ser considerada una enfermedad, y que la mayoría de trastornos psicológicos asociados a esta orientación sexual obedecen a los prejuicios homófobos que tanta presencia han tenido en nuestra sociedad. Luchar contra esos prejuicios es la principal vía para normalizar la vida de quienes se sienten atraídos por personas de su mismo sexo. Por contra, volver a patologizar la homosexualidad es el camino más directo para fomentar el prejuicio homófobo y, como consecuencia, aumentar la exclusión y el sufrimiento de esta “minoría invisible”.

Entiendo que el debate científico y riguroso es esencial para el avance y la consolidación de una ciencia tan frágil como la Psicología, por lo que decido dar una oportunidad a Cohen y busco en la red algunas referencias sobres sus trabajos científicos. Bueno, la cosa no está fácil, nada por aquí, nada por allá. Pero encuentro un enlace al libro en el que expone los fundamentos de su terapia maravillosa, por lo que decido echarle un vistazo.

El índice ya promete, pero su el contenido es auténtica droga dura. El escritor demuestra estar dotado de un buen sentido del humor y de una opinión bastante pesimista sobre el nivel intelectual de los potenciales lectores de su libro. El texto incluye algunas referencias que pretenden darle un aire algo serio, claro que la mayoría de estas citas son algo rancias, incluso alguna de ellas es de una publicación que no ha pasado por el cauce usual de toda publicación científica, la revisión por pares. Vean si no este ejemplo:

"El hecho de que el padre de Jared le prohibiera expresar su ira también supuso otra influencia importante. Cuando el padre de Jared era pequeño, a él tampoco se le permitió expresar su ira en casa. De este modo, transmitió a su hijo una parte desconocida de su carácter, el niño airado reprimido" (Éxodo 34, 7).

En efecto, se trata del Antiguo Testamento, una fuente incontestable y de indudable rigor científico. Y es que el autor afirma más adelante “Dios nos ha dado a todos la capacidad de curarnos y de recuperarnos por completo en cualquier momento”. La verdad es que no me parece de recibo que un psicoterapeuta cobre a sus pacientes si el trabajo lo va a hacer Otro, y supongo que la comisión deontológica de nuestro colegio profesional tendría algo que decir al respecto.

Pero las referencias al poder sanador del Ser Supremo no quedan ahí, para muestra algunas otras perlas:

la persona en proceso de recuperación necesita sanar su mente, su corazón, su cuerpo y su espíritu. Necesita tener verdadera intimidad consigo mismo, con Dios, con los demás y con la Creación.”

“una curación auténtica y duradera tendrá lugar cuando el amor de Dios se manifieste y experimente a través de las personas”.

Claro que la terapia propuesta no es labor exclusiva de Dios, también se puede colaborar en la sanación desde aquí abajo:

“Hay que hacer una cantidad suficiente de ejercicio, de deporte y de diversión, y llevar una dieta adecuada. Puede ser útil hacer ejercicios de musculación con la ayuda de un terapeuta cualificado”.


Bueno, leer esto último me tranquiliza mucho, pues creo que algunos de mis amigos gays están en el buen camino, ya que les encantan los gimnasios y los ejercicios de musculación con entrenadores cualificados. Sin embargo, no he notado en ellos ningún indicio de que se estén volviendo heterosexuales, sino más bien todo lo contrario. Cada vez se les ve más contentos y satisfechos con su “desviación”.




martes, 23 de noviembre de 2010

Niños mal programados


Leo en El País Semanal un artículo sobre los trabajos de David Barker, un epidemiólogo británico que encontró una relación significativa entre el bajo peso al nacer, por un lado, y la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y algunas formas de diabetes en la adultez, por otro lado. Ya había leído sobre este hallazgo en el libro de Matt Ridley “Qué nos hace humanos”, y aunque en aquel momento pensé en dedicarle una entrada pasó el tiempo sin que me pusiera a ello por lo que ahora encuentro una magnifica oportunidad para saldar mi deuda.

Para Barker el periodo prenatal produce una especie de imprimación en el bebé que lo prepara para adaptarse al mundo en el que va a vivir. Así, si una mujer sufre estrés y lleva una alimentación insuficiente durante su embarazo, el feto interpreta a través de la madre que le espera un contexto de vida con tensión y escasez de alimentos y reprograma su metabolismo para adaptarse a ese mundo difícil. Por ejemplo, el bebé desarrolla una resistencia a la insulina que le facilita la acumulación de grasas en tiempos de carencia. Lo que no estaba previsto es que en su infancia no habría tal carencia de calorías sino todo lo contrario, un mundo con exceso de chucherías y bollería, por lo que ese bebé nacido con bajo peso mostraría una clara tendencia a ganar peso a lo largo de su vida, y de ahí el mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. El niño habría nacido con un programa equivocado.

Estos datos nos ponen de manifiesto como los programas genéticos no están totalmente cerrados, y son susceptibles de verse influidos por los contextos de desarrollo durante el periodo fetal, y también durante los primeros años de vida. Esta flexibilidad tiene mucho sentido para garantizar una mejor adaptación a un mundo que se halla en continuo cambio. Otro ejemplo de cómo esta reprogramación temprana puede resultar fallida lo encontramos en relación con el tipo de apego establecido entre el bebé y su cuidador o cuidadora en la primera infancia. Como ya hemos contado en otro lugar (ver aquí), aunque los recién nacidos están genéticamente programados para vincularse con sus cuidadores, desarrollarán un tipo de vínculo u otro en función del tipo de atención recibida de ellos. Así, el vínculo podrá ser seguro, inseguro ambivalente o inseguro evitativo.

Aunque en condiciones normales el apego seguro puede tener una clara ventaja evolutiva, en situaciones menos favorables los vínculos inseguros pueden mostrarse superiores. Sería el caso de niños nacidos en contextos difíciles y con gran escasez de recursos en los que los padres podrían prestar poca atención a sus crías. En estos contextos de desarrollo la autosuficiencia mostrada por los niños evitativos podría garantizar su supervivencia, por lo que este tipo de apego tendría un importante valor adaptativo. Sin embargo, al igual que ocurría con los bebés estudiados por Barker, en la mayoría de ocasiones esas situaciones familiares de mucho estrés y conflictos no serían el reflejo de un mundo de carencias, sino una situación concreta que no tendrían porque tener continuidad a lo largo de la vida de estos niños. Por lo tanto, también podríamos decir que estos bebés habrían sido programados para vivir en unas condiciones equivocadas, y sus “herramientas” socio-emocionales no serían las más adecuadas para relacionarse con los iguales, formar pareja y criar a sus hijos en un mundo menos deficitario de lo previsto.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Sobre la tarea de educar




Recojo en una librería el ejemplar gratuito de la revista Mercurio, que suele ofrecer interesantes artículos y revisiones sobre el panorama de la literatura actual. En este caso mi interés es mayor ya que incluye un monográfico sobre la tarea de educar. Cuando abro la revista esperando encontrar opiniones sobre el asunto a cargo de algunos especialistas en el tema me llevo la sorpresa de que el artículo que abre el monográfico corre a cargo de Antonio Muñoz Molina, sin duda uno de nuestros mejores escritores actuales, pero cuya vinculación con el mundo educativo es por mí desconocida. Tras su lectura mi perplejidad es aún mayor, ya que sus opiniones sobre la educación no son muy diferentes a la del quiosquero de mi barrio, aunque mejor expresadas, eso sí. Es decir, una serie de tópicos manidos y un ataque desaforado a los pedagogos de nuestro país que reflejan un profundo desconocimiento del mundo educativo. Teniendo en cuenta la admiración que siento por el autor de Sefarad, este artículo me deja bastante descolocado y me pregunto cómo puede la misma persona realizar análisis de tan diferentes niveles de profundidad. La respuesta la podríamos encontrar en los estudios postpiagetianos, que han puesto de manifiesto que el contenido de un determinado asunto o problema y nuestra familiaridad con él influyen claramente en la calidad de nuestro pensamiento al respecto y en su resolución.



La principal justificación de su embestida contra el colectivo de profesionales de las ciencias de la educación parece ser la responsabilidad que Muñoz les atribuye en muchos de los cambios en la legislación educativa acontecidos en España. La desinformación del novelista es importante si tenemos en cuenta que los principales cargos en el Ministerio de Educación cuando se implantó la LOGSE estuvieron asumidos por catedráticos de física (Pérez Rubalcaba), o psicología evolutiva y de la educación (Álvaro Marchesi, César Coll, Jesús Palacios). Esta desacreditación generalizada de todo un colectivo profesional parece más bien fruto de cuestiones personales, por mí desconocidas, y de una atribución equivocada de responsabilidad. ¿O es qué resulta más arriesgado arremeter contra la psicología educativa y sus profesionales?

Prosigo la lectura del monográfico y mi pasmo aumenta, ya que el siguiente artículo es una entrevista al juez de menores Emilio Calatayud. En este caso ya conocía algunas de sus opiniones sobre la educación en la familia y escuela, por lo que no puedo decir que me produzcan sorpresa. Este excelente juez lleva varios años difundiendo sus ideas por diferentes medios de comunicación y que se basan en su experiencia con una población muy sesgada, por lo que la generalización a partir de ella resulta cuanto menos muy arriesgada. No es extraño que esa experiencia le lleve a considerar que el principal problema de la juventud actual es el exceso de permisividad, por lo que reclama el rescate de las figuras de autoridad en los ámbitos familiares y escolares. Bien, no digo yo que no tenga parte de razón, pero también me parece que el análisis de la realidad educativa que realiza el juez es bastante simplista, y que nuestros jóvenes necesitan algo diferente a volver a la mano dura. Calatayud está en su pleno derecho a expresar su opinión en los medios, lo que resulta preocupante es que voces mucho más autorizadas para hacerlo tengan menos oportunidades, y es que hay que reconocer que el show del juez tiene mucho gancho mediático: tópicos e ideas simples expresadas con gracia y lenguaje asequible.

La opinión de otro de los autores, Ricardo Moreno, no es muy diferente a la de Muñoz Molina, aunque en este caso se trata de un profesional de la educación. La reflexión de Moreno gira alrededor de una opinión que él atribuye a “eminentes pedagogos”: la de que no se debe educar a los alumnos para ser acríticos y obedientes, y que él tergiversa y manipula, equiparando la inteligencia crítica, que sin duda debe ser un objetivo importante de la educación, con la desobediencia y falta de respeto a la autoridad. Parece que al profesor Moreno se le paró el reloj en los tiempos de Summerhill, ya que ninguna corriente educativa actual, que yo conozca, rechaza la importancia de la promoción de valores y el respeto a las normas. A partir de ahí, toda la argumentación de Moreno cae por su propio peso, situándose en niveles claramente convencionales de acuerdo con la propuesta de desarrollo moral que formuló Lawrence Kohlberg.

El siguiente artículo, a cargo de José Antonio Marina, es más sensato y fundamentado, y no podría ser de otra manera si tenemos en cuenta que estamos ante un intelectual que lleva años adentrándose en los entresijos de los asuntos educativos. Como contrapunto a los autores anteriores, Marina afirma “un libro de pedagogía es un tratado sobre la transfiguración de la realidad humana”. No obstante, uno empieza a cansarse de leer siempre a los mismos opinantes, y es que Marina está omnipresente.

La reflexión de Justo Serna, que figura a continuación, es más literaria, y a partir del ejemplo de la experiencia del protagonista de “El espejo del mar”, de Joseph Conrad, destaca la importancia de padres y educadores como figuras que den ejemplo a los jóvenes sobre cómo navegar en las revueltas e imprevisibles aguas del mundo actual.

Finalmente me sorprende ver que el artículo que cierra el monográfico corre a cargo de Jose Manuel Sánchez Ron, y temo que me ocurra lo mismo que me ha pasado con la lectura de la reflexión de Muñoz Molina: que se me caiga un mito. Pues nada de eso, ya que este prestigioso historiador de la ciencia, es sin duda un intelectual mucho más sólido como para desbarrar tanto, y se limita a exponer las ideas sobre educación de Bertrand Rusell. Probablemente Sánchez Ron ha debido acordarse de que el refranero contiene algunas sugerencias y consejos interesantes acerca de la prudencia en el terreno de la opinión sobre asuntos que no conocemos bien, tales como “zapatero a tus zapatos” o "en boca cerrada no entran moscas".
Seguramente en este país nos iría mucho mejor si cada uno se dedicara a lo que realmente sabe hacer bien.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Madre a los 10 años



El reciente embarazo y posterior parto de una niña de 10 años (ver aquí) resulta sorprendente y pone de manifiesto el anticipo de la pubertad que se ha producido en las últimas décadas en la mayoría de países europeos, y que ronda los dos años. Las mejores condiciones de vida, pero también la influencia de ciertos agentes contaminantes sobre el sistema endocrino pueden tener la responsabilidad de este adelanto. Diversos estudios han encontrado relación entre la pubertad muy precoz y el uso de pesticidas en la agricultura intensiva y de hormonas en la alimentación y engorde del ganado. Por otra parte, algunas experiencias infantiles, especialmente las que tienen que ver con el tipo de vínculo emocional establecido con los padres, pueden influir sobre los mecanismos fisiológicos implicados en el inicio de la pubertad. Desde este punto de vista, la pubertad precoz podría estar determinada por situaciones de estrés familiar –depresión, divorcio, reconstitución familiar- más frecuentes en la sociedad occidental actual, que llevarían al establecimiento de vínculos de apego inseguro.

Este inicio más precoz de los cambios puberales tiene su influencia sobre aspectos emocionales y comportamentales. Por una parte, vamos a encontrarnos con niños y niñas que aún muestran una importante inmadurez psicológica y que, sin embargo, presentan una avanzada maduración física, circunstancias que diversos estudios han considerado como un importante factor de riesgo para el ajuste psicológico y conductual del adolescente, especialmente en el caso de las chicas. Por ello, muchos comportamientos que hasta hace poco eran propios de jóvenes y adolescentes están empezando a ser frecuentes en la niñez tardía: inicio de relaciones de pareja, conductas consumistas, uso de tecnologías, etc.

Aunque la mayor implicación en conductas de riesgo puede deberse en parte al hecho de que esos niños y niñas se relacionen con otros de más edad, hoy sabemos que hay algunos mecanismos cerebrales implicados, ya que la toma de decisiones depende en gran medida del equilibrio entre dos sistemas o circuitos cerebrales: el mesolímbico de recompensa, que nos lleva a la búsqueda de experiencias placenteras, y el prefrontal, que nos ayuda a planificar nuestras acciones, calcular los riesgos e inhibir los comportamientos considerados inapropiados. Como ya hemos explicado aquí, la pubertad precoz favorece el desequilibrio entre estos sistemas cerebrales situando al chico o chica adolescente en una situación de mayor vulnerabilidad que le llevará a una conducta más impulsiva e irreflexiva.

Por lo tanto, el caso de esta joven madre nos alerta sobre algunos de los riesgos que estas pubertades precoces pueden traer asociados, y hace ahora más necesario que nunca que se lleven a cabo políticas preventivas dirigidas no sólo hacia adolescentes, sino hacia niños y niñas prepúberes. Este prevención debe incluir una verdadera educación sexual, que no puede seguir siendo una asignatura pendiente en la mayoría de centros educativos españoles.